Por Oscar Andrés De Masi
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Agosto de 2016
Continuamos con la serie de posts
alusivos a la funeralia y a los sitios de enterramiento de los virreyes del Río
de la Plata (ya hablamos antes de don Pedro de Ceballos y del "Virrey
Hormiga"…podés buscarlos haciendo click a la derecha de la pantalla). Toca
el turno, hoy, a un magistrado que no
fue virrey, pero que se desempeñó como Gobernador, antes de la creación del
Virreinato. Y a quien se debe la fundación de la ciudad de Montevideo,
desalojando a los portugueses ( en la apacible y montevideana "Plaza
Zabala", existe un hermoso monumento ecuestre, obra del español Lorenzo
Coullant Valera).
De Zabala se contaban hazañas en la
guerra y aciertos de gobierno en la paz. Había perdido un brazo en el sitio de
Lérida y en su reemplazo se hizo fabricar otro, con su mano de plata, que
llevaba colgado al cuello como un blasón honorífico. El rey Felipe Vº lo
recompensó con el nombramiento de Gobernador y Capitán General del Río de la
Plata, magistratura que desempeñó entre
1716 y 1735. Cuando iba a asumir la Capitanía General de Chile, en 1736, a los
54 años, murió. Y aquí comienza el relato de nuestro post.
La muerte sorprendió a don Bruno Mauricio
cuando regresaba de Asunción y ello motivó que se le diese entierro en la
costa, antes de que la comitiva llegase a Santa Fe. Era impensable trasladar
hasta Buenos Aires, en el mes de febrero, un cadáver no embalsamado. Pero,
debió indicarse con una marca o señal bien visible el sitio de la sepultura
provisoria, porque el gobernador don Miguel de Salcedo lo hizo exhumar y traer
a Buenos Aires, más de un año después. Ignoro bajo qué recaudos tanatológicos.
Las exequias se cumplieron el 10 de julio
de 1737 y se revistieron de gran pompa. Al parecer hubo una enorme concurrencia
de magistrados, cuerpos militares, clero y pueblo. Y se lo enterró en la
iglesia catedral, presumiblemente en su panteón subterráneo. ¿En qué sitio
exactamente? No lo sabemos.
En 1937, cuando Rómulo Zabala y Enrique
de Gandía publicaron su Historia de la ciudad de Buenos Aires encomendada
por la Municipalidad, afirmaron que el punto exacto "ha podido
identificarse perfectamente" (sic)**
Sin embargo, cuando allá por 1939 o 1940,
Ricardo Levene (que presidía la Comisión Nacional de Monumentos) encomendó a
Enrique Udaondo (tan versado en antigüedades coloniales porteñas) que ubicara
en la cripta catedralicia los restos de obispos y clérigos famosos, también se
intentó ubicar el sepulcro y la lápida blasonada de Zabala…pero, contra la
afirmación de Zabala-de Gandía, la
pesquisa no tuvo éxito, pese a las facilidades que brindó el cardenal Copello
para la búsqueda. Una vez más, era más
riguroso Udaondo que muchos de sus colegas.
**Nota:
Según
mi fichero de "antigüedades coloniales porteñas", puedes leer este
episodio funerario en Rómulo Zabala y Enrique de Gandía: Historia de la
ciudad de Buenos Aires, Tomo IIº, Bs.As. 1937, p.102
Para
la búsqueda de los restos de Zabala, puedes consultar mis obras Algunos
rasgos de la actuación de don Enrique Udaondo (2012), pp.42-43; y Sepulcros Históricos Nacionales (2012).
Monumento a don Bruno Mauricio de Zabala en Montevideo
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