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Marzo 2018
Sepulcro Ignacio L. Albarracín. Cementerio de Lomas de Zamora
Foto María Cristina Echazarreta
Ya vimos en algunos de nuestros posts
la cambiante actitud del organismo en lo tocante a la estructura de metal
colocada en el portal de la iglesia de Nuestra Señora de Fátima, en Martínez.
Primero, con buen criterio, se instruyó su retiro. Luego, seguramente conmovida
por las razones devocionales de la autoridad parroquial (que pareciera que
pesan más que el logos de la autenticidad e intangibilidad del bien
patrimonial), la Comisión autorizó la permanencia de la estructura hasta
octubre del año pasado. Como si la "transitoriedad" del permiso
viniera a redimir la atrofia visual a que es sometido el edificio y la
distorsión de sus valores proyectuales de origen. Lo reitero: la tensión
dialéctica propia del conflicto persiste, en tanto persiste el agravio formal
al monumento. Hoy, la estructura ha sido retirada, pero persisten unos banners
inexplicables en la fachada y persisten los insertos (léase agujeros y
piezas de metal atornilladas) en la materialidad de la losa voladiza.
Luego, asistimos a la sorprendente
noticia de que la nueva paleta de color del edifico principal de la
estación Martínez (color gris), aplicada sobre la superficie ladrillera… ¡fue
autorizada por la Comisión Nacional! (ver nuestro post) .Vale decir, au
revoir (o mejor dicho, adieu!) a la impronta pintoresca y
ferrocarrilera de este edificio que combina el funcionalismo inglés con el
lenguaje expresivo antiacadémico, romántico y victoriano. En estos casos, la
paleta de color ¿no es parte de la identidad del edificio?
No quisiera, de momento, abordar el tema
de las intervenciones en la Plaza de Mayo, autorizadas por la Comisión
Nacional (ya hice pública mi opinión en el reportaje que concedí a la señora
Claudia Peiró de InfoBae el 20 de enero de 2018). Ya volveremos a referirnos a
este caso.
Pero donde la contradicción queda más
patente es en materia de patrimonio funerario. Nuestros lectores recordarán que
en su momento la Comisión denegó la declaratoria como sepulcro histórico
nacional, de la tumba del Dr. Ignacio Lucas Albarracín, ubicada en el
sector antiguo del cementerio de Lomas de Zamora (ver nuestro post). La
razón esgrimida entonces es inaudita: que el bien en cuestión carece de valores
patrimoniales…Tal respuesta demuestra una sola cosa: el desconocimiento de la
figura de Albarracín y sus logros. Apelamos enfáticamente la medida y volvió a
ser rechazado el pedido. Esta vez, con mayor cautela, diciendo que no se ponía
en cuestión el mérito de Albarracín… ¡pero que ya no se iban a declarar
"sepulcros individuales"… !Una curiosa medida restrictiva, desde el
momento en que, por lo general, los sepulcros históricos…¡suelen ser
individuales!
Pero he aquí que en medio de estas idas y
vueltas, el Poder Ejecutivo Nacional (del cual depende la Comisión de
Monumentos), dictó el decreto nº 633 del 10 de agosto de 2017, mediante el cual
declara en la categoría de sepulcro histórico nacional, a la tumba
del pintor Carlos de Larrañaga, ubicada en el cementerio de San Antonio de
Areco. De modo que el presidente de la Nación declara lo que la Comisión niega…
es decir, un sepulcro individual...
¿Por qué razón la tumba de Larrañaga vale
más, patrimonialmente, que la tumba de Albarracín? Ambos son
argentinos meritorios, cada cual en su disciplina: los méritos artísticos de
Larrañaga son indudables; los méritos cívicos de Albarracín también lo son. La
simetría de las formas jurídicas aplicada a esta materia funeraria, reclama,
ahora, a la luz del decreto 633/17 que la Comisión Nacional revise su
erróneo criterio respecto de la tumba de Albarracín y honre su memoria con la
declaratoria solicitada, que contó con la adhesión de la Fundación Félix
de Azara, la Asociación Argentina de Derechos del Animal y el Instituto
Histórico Municipal de Lomas de Zamora.
Para finalizar, otro tema que despierta
interrogantes. Ante el pedido de la ciudadana Susana Domínguez Soler, en el
sentido de la declaratoria como bien de interés artístico nacional de la
bóveda de Soler, en el cementerio de la Recoleta, la Comisión respondió
negativamente en razón de la posible e hipotética declaratoria ¡del enterratorio
completo! Más allá de las objeciones doctrinaras, legales y fiscales que
esta declaratoria ómnibus pueda concitar (y que expresé a la Comisión en
un Informe que, pronto, compartiré con los lectores del blog), lo cierto
es que, como el perro del hortelano (que no come ni deja comer…), hasta ahora, no ha habido
la tal declaratoria del cementerio in totum… y tampoco se ha revisado la
declaratoria individual del sepulcro familiar de los Soler, cuyo motivo de
denegatoria, al parecer, se ha tornado abstracto.