La foto irrepetible: fue tomada por OADM hace pocos años, cuando no existía el actual edificio de la esquina y ello permitía la visual completa del flanco norte del templo... Hoy no sería posible obtener esta misma toma, por la interferencia del volumen vecino, construido en altura y sobre la medianera. A este fenómeno, de suyo disvalioso, lo llamamos des-amortiguación visual del monumento...
El templo de la
Congregación Evangélica Alemana en Buenos Aires: un legado de arquitectura e identidad
en su 170 aniversario
El
doctor Oscar Andrés De Masi, patrimonialista argentino y autor del presente
libro dedicado al primer templo establecido por la Congregación Evangélica
Alemana en Buenos Aires, continúa aquí con una labor que ha emprendido hace ya
varios años, en pos de la investigación histórica de la arquitectura religiosa
en nuestro país, en una rama que incluye a los ejemplos no católicos, por ahora
en Buenos Aires y sus alrededores. Dentro de este último tema ya ha presentado
un volumen sobre la Catedral Ortodoxa Rusa de la Santísima Trinidad ubicada
frente al Parque Lezama de esta ciudad, además de estudios publicados en medios
digitales acerca de los templos
protestantes de Lomas de Zamora y de Martínez, y también acerca de las capillas
de responsos de los cementerios Alemán y Británico de la capital, y los
antecedentes del primer cementerio de protestantes. Todos estos artículos están
disponibles en Internet (revista Habitat,
diarios Infobae y Gaceta Mercantil y blog de autor
https://viajealasestatuas.blogspot.com.ar).
Se trata de un tema que el autor comenzó a frecuentar, décadas atrás, junto al común amigo Alberto S. J. de Paula, quien inició en nuestro medio esta línea de investigación a través de sus tres entregas relativas a los templos rioplatenses no católicos, que publicó la revista Anales del IAA en los años 60.
La
Argentina fue el primer país latinoamericano que permitió que las
congregaciones no católicas edificaran sus edificios de culto. La tradición
española trasladada al nuevo Mundo había descalificado a las creencias
denominadas protestantes a las que denominada “de herejes” no admitiendo ni sus
liturgias públicas ni el entierro de sus difuntos. Luego de la Revolución de
Mayo el país entró en un camino de tolerancia sobre todo ante el arribo a estas
playas de ingleses, escoceses, alemanes, americanos del norte y hasta de franceses
(hugonotes) no practicantes del catolicismo. El primer cementerio de disidentes
se instaló en Buenos Aires en
1821 y luego se levantaron los templos de rito anglicano, presbiteriano,
metodista y evangélico alemán, todos ellos en tiempos de Rosas.
En octubre de 1843 se
estableció institucionalmente la Congregación Evangélica Alemana para lograr la
atención pastoral, el ejercicio de culto y la educación de niños y niñas dentro
de su credo protestante, habida cuenta de la comunidad de habla alemana
establecida en la ciudad desde principios del siglo XIX. En 1853 se inauguró su iglesia en lenguaje
neogótico (una novedad entonces) en la calle Esmeralda, en pleno centro porteño,
obra del entonces prestigioso arquitecto británico Eduardo Taylor.
A partir de considerar a este templo como “un hito relevante para la historia del protestantismo en el Río de la Plata y, a la vez, para la historia de la arquitectura de Buenos Aires”, el doctor De Masi desarrolla en su libro un proceso que comienza con referencias al marco histórico del momento, a la comunidad alemana arraigada entre nosotros y a las diferencias en aspectos dogmáticos y litúrgicos de los católicos, algo necesario para ubicar el tema en el tiempo y espacio. Documenta luego con gran precisión –el autor ha consultado fuentes diversas incluso las existentes en archivos de la misma iglesia– la sucesión de acontecimientos que desembocó en su inauguración y en su vida posterior, que fue activa.
Dedicado ya al edificio
en sí, hace referencia al arquitecto, autor de importantes edificios en la
Argentina, y rescata la intervención en el templo del pintor alemán Otto
Grashof, “viajero de tránsito” según José León Pagano, que intervino en las
“instalaciones artísticas” inaugurales y a quien, salvo las referencias
escuetas de Schmidt y Corti, poco se ha mencionado hasta ahora en relación con
esa congregación.
Aclara que el programa
incluía algo más que el espacio para el culto, porque tras el volumen principal
frente a la calle Esmeralda, se disponía la vivienda del pastor y el aula para
la escuela de enseñanza en idioma alemán. La aprobación del proyecto generó
críticas, que fueron en general favorables.
El cuerpo central de la
publicación, donde radica su aporte más significativo para la historiografía de
la arquitectura religiosa de Buenos Aires, abarca la pormenorizada descripción
estética, analizando las fuentes primitivas (dibujos del autor que han llegado
hasta nuestros días, fotos y periódicos de época, referencia a textos ya
publicados de prestigiosos estudiosos y fuentes de archivo parroquial),
logrando un cuidadoso análisis del espacio, los elementos arquitectónicos y decorativos,
con enorme detallismo en su descripción formal y material y remarcable manejo
del léxico del repertorio neogótico. Va enumerando, así, las sucesivas
modificaciones en el tiempo (incluidos los agregados de vitrales, mobiliario de
madera y órganos de tubos), deteniéndose en las que designa como “intensas reformas de 1923”, que
incluyeron ampliaciones y modificaciones en la cubierta, la fachada y el
interior de la nave. Ello permite a De Masi dar un balance crítico de dichas
reformas, fundamentando, incluso, algunas discrepancias interpretativas puntuales
respecto de los autores anteriores. Otro aporte original es su detenimiento en
las consideraciones que surgen de la intervención del arquitecto Andrés Kálnay
en 1933, fundamentalmente en aspectos decorativos en el interior, poco
conocidos. El hecho de que este año jubilar la Congregación haya dejado visible
un testimonio de esas pinturas a modo de “ventana arqueológica” es plausible.
El texto llega hasta la actual puesta en valor del templo, y presenta una ponderación desde el punto de vista patrimonial material e inmaterial del conjunto –reiteramos que el profesor De Masi es un especialista en temas de patrimonio, tanto en su teoría como en su gestión– y hace referencia a las tareas de recuperación, parcial por ahora, para rescatar un edificio que cumple 170 años. Finalmente, una cronología sucinta y la explicitación de las numerosas fuentes bibliográficas (algunas de ellas espigadas entre los más eruditos textos referidos a la estética de la arquitectura medieval), cierran un contenido que plantea propuestas metodológicas aptas para aplicar en publicaciones futuras dentro de este tema, que ofrece aún tanto por desarrollar.
Arquitecto Julio
Cacciatore
Historiador
de la Arquitectura
Buenos Aires, junio de
2023
A los amigos y amigas que preguntan por canal privado acerca de cuándo estará disponible el libro, les respondemos que, óptimamente, para el Jubileo de octubre. Pero, quizá, antes también!
ResponderBorrarSean pacientes...
oadm