La mirada y la interpretación de Oscar Andrés De Masi, arqueógrafo

jueves, 31 de marzo de 2016

UN COMENTARIO ACERCA DE MI ÚLTIMO POST RELATIVO AL HERAKLES ARQUERO DE BOURDELLE


Varios visitantes de nuestro blog han quedado muy impactados por la vandalización de esta obra de arte, y me preguntan con estupor: ¿por qué no ha sido aún restaurada por las autoridades de la Ciudad?

En verdad no tengo respuesta para esa pregunta, que yo también me repito cada vez que paso frente a la estatua. ¿No siente verguenza el Gobierno porteño ante el estado de este monumento?

En octubre del año 2015, un grupo de ciudadanos preocupados por el patrimonio, realizó un "abrazo" simbólico al Herakles. La imagen me trae a la mente, como "memento" iconográfico de fuente clásica, una danza ritual de los misterios báquicos.
Fue una forma civilizada de llamar la atención de las autoridades locales respecto de la mutilación de este bien artístico. Pero, las autoridades, todavía, no han tomado las medidas de restauro que el bien patrimonial merece... ¿Será que el patrimonio material no forma parte de las prioridades de su agenda gubernamental?...

martes, 29 de marzo de 2016

UNA MIRADA ACERCA DEL "HERAKLES ARQUERO" DE BOURDELLE (AHORA "INTERVENIDO"… POR EL VANDALISMO URBANO)



El brazo izquierdo se extiende al máximo y la mano sostiene el arco de tipo escita... incompleto por la acción de los vándalos que desprecian los monumentos. La pieza debe ser reparada con urgencia. (Foto OADM 2016)

La ciudad de Buenos Aires goza del privilegio de poseer tres obras de Emile Antoine Bourdelle exhibidas en su espacio público, todas ellas concentradas en un radio de pocos metros, en el barrio de la Recoleta. (aunque existe, y es menos sabido, una cuarta obra salida de su cincel, emplazada en Palermo como decoración heráldica de otro monumento; más adelante te lo contaré). Un privilegio que debería acompañarse con una mejor y más permanente tutela de estos bienes artísticos, expuestos a acciones de vandalismo de grado diverso, o a técnicas de conservación material por demás dudosas, como el caso de la pintura negra aplicada sobre el Monumento ecuestre al Gral. Alvear,  que he comentado en otro post del mes de febrero.

La declaratoria de estas esculturas como bienes de interés artístico nacional, en el marco de la Ley 12.665 y su modificatoria nº. 27.103, sería oportuna y merecida.

La potencia iconográfica, el despliegue plástico, los repliegues semánticos y, en suma, la belleza clásica-arcaica de estas obras van de la mano con su vulnerabilidad. Ellas son:

-El mencionado monumento ecuestre al Gral. Carlos María de Alvear (que, en rigor, implica un conjunto del jinete y su cabalgadura, con las cuatro alegorías en las esquinas del pedestal, diseñado por el arquitecto Alejandro Bustillo para su excepcional emplazamiento… Todo lo cual reaviva la pregunta ¿merecía Alvear semejante monumento… Ya hablaremos de ello en un próximo post;

-El Centauro herido (o, si prefieres, El centauro Quirón herido y moribundo, portando la lira…);

-El Herakles arquero. (también llamada El Arquero) Voy a referirme hoy, por especial pedido de una de nuestras cultas lectoras del blog, a esta última obra, privada desde hace un tiempo, por acción de los vándalos depredadores del patrimonio, de una parte de su arco.


Foto OADM 2016

Las tres se emplazan en lugares muy próximos entre si, como formando una "promenade Bourdelle", un paseo de autor a cielo abierto. Si te paras junto a cualquiera de ellas en el punto adecuado, podrás abarcar en tu campo visual,  como un semi-panóptico, a las otras dos.

-La cuarta obra de Bourdelle en el espacio público porteño, virtualmente desconocida, es el enorme escudo nacional esculpido en la cara posterior del pedestal del Monumento a Sarmiento de Rodin, en el Parque Tres de Febrero (Palermo), frente al rond point y al Monumento de los españoles. Una pieza que presenta sus licencias  emblemáticas.


ACERCA DE BOURDELLE (1861-1929)


Una publicación ineludible al hablar de Bourdelle: el repertorio de su obra publicado en Paris con comentarios y referencias biográficas del propio artista. Y unas planches de excepcional calidad gráfica. (Col.OADM)


De Bourdelle (cuyo nombre completo era Emile-Antoine, aunque utilizaba el segundo de ellos) se suelen reiterar cosas que se han dicho ad nauseam,  como por ejemplo, que fue practicante en el taller de Rodin (de esa época proviene el escudo esculpido que mencioné antes); o que trabajó más de 40 años en su taller de Paris, convertido en museo luego de su muerte; y que además de escultor era dibujante y pintor.

Repitamos, asimismo, que sus cuatro maestros fueron: Maurette, Falguière, Dalou (discípulo, a su vez, del gran Carpeaux) y Rodin.

En su época, fue considerado el más grande escultor vivo, al menos por los franceses.

¿Qué rasgos sobresalen en la obra de Bourdelle en general?

Vamos a enumerarlos muy rápidamente y de un modo casi provisorio, porque ahora se trata de analizar una obra concreta y no de profundizar en las características expresivas del maestro de Montauban:

1.En primer lugar, las referencias clásicas de sus "temas", con preferencia por la mitología griega y la inspiración en el estilo "heroico" de Pérgamo. Francois Fosca lo llamó "este griego". Pero,  "éste" no es el griego intransigente, que vive en una burbuja de helenismo despectivo, ajeno al universo circundante del bárbaro, sino un griego con mucho de romanticismo, porque no ignora el dolor, la agonía o la muerte… Fosca dixit.

2.Luego, el "realismo", pero entendido como esa faceta primera del post-impresionismo escultórico, vale decir un nuevo realismo "interpretativo"  antes que "descriptivo" (Rafael Benet).

3.La potencia reducida al orden (o lo que él llamó "el ritmo universal"). En este punto, suele decirse que, tras los excesos post-rodinianos, la misma Francia que los favoreció, reclamó para su escultura una nueva actitud de vertebración, aplomo, claridad, armonía, lógica (Rafael Benet). Y Bourdelle fue uno de los paradigmas, sino el principal, de lo que se estimó, entonces, como una vuelta de las cosas a su quicio.

4.Puso en práctica como medio proyectual virtuoso, el antecedente geometrizante necesario para, luego, el surgimiento del expresionismo y el cubismo. Aún apareciendo como una especie de "extraño" para la escultura moderna a la cual estamos habituados, Bourdelle fue un des plus grands créateurs de l´art moderne…(Raymond Cogniat). Si bien para lograr "efectos monumentales", Bourdelle  organiza los volúmenes y utiliza una geometría casi lineal, ésta última nunca tendrá la rigidez del cubismo, aunque obligará al movimiento de las masas a inscribirse dentro de límites preconcebidos (Raymond Cogniat)… He ahí su "lógica"… He ahí la poiesis de los griegos, inscripta en los límites del logos .

5.Un sentido de la totalidad monumental: aquí es bueno retener el comentario del filósofo Henri Bergson, cuando visitó el atelier del maestro y le dijo: Ce qui me frappe dès que je regarde une de vos oeuvres, c´est que chaque partie semble contenir le tout. N´est-ce pas là une des marques de la perfection?
También, el juicio de Adolphe Basler acerca de ses conceptions monumentales […] ses tentatives pour doter la statuaire d´oeuvres gigantesques...

6.La disciplina artesanal (su padre era carpintero ebanista y en ese oficio se inició tempranamente nuestro artista). Se ha dicho que la "tectónica" de Bourdelle obedece a las reglas del diseño de muebles, con una clara concepción y una "fabricación" que obedece a la relación de los planos.

7.El planteo "arquitecturado" de la obra escultórica; relacionado con el aspecto anterior, y como señaló Rafael Benet: no puede concebir la escultura que sólo busca agradar, ni aquella intensamente voluptuosa de su maestro Rodin, ni la dulzona de los maestros de boudoir… no puede separar sus imágenes del muro o del espacio, las concibe con clara relación de planos…

8.Y, por sobre todo, agrego yo, y a partir de cierto momento, la pulsión formal dominante del arcaísmoles formes substantielles de la Grèce archaeíque(Adolphe Basler)
Esa especie de magma volcánico de edades pretéritas, que emerge desde las profundidades mitológicas, para derramarse y tomar la forma de la materia pétrea o énea (no olvides que la palabra éneo/a, en el latín poético = de bronce). Entiendo aquí el arcaísmo con análogos alcances que el concepto de  "arquetipo" según C.G.Jung: el cauce seco de un río antiguo, siempre dispuesto a correr nuevamente cuando el eón del kosmos reclama un retorno a lo primordial. Las figuras de Bourdelle, sean dioses, héroes o simples mortales, se vuelven  "arquetípicas".

Yo diría algo así: Bourdelle no es, ni podría ser, antiguo, porque es epocalmente moderno, pero su modernismo romántico lo reencuentra con los arquetipos antiguos, por la vía del arcaísmo grecista heroico y humanista…


HERAKLES ARQUERO


Foto OADM 2016


Se trata de una escultura artística de gran tamaño, de bronce hueco, que ha adquirido una bella pátina verdosa. Está colocada sobre una base rectangular  de caras planas y sin adornos, ubicada en la plazuela "Dante", entre  la avenida Figueroa Alcorta, la avenida Pueyrredon y la calle Emilio Petorutti, en la Recoleta.  Antes, y hasta 1944, estuvo en la Plaza "Lavalle".

Durante los saqueos de bronces que se hicieron frecuentes en la crisis del "corralito", la salida  de la convertibilidad, el default de la deuda pública y otras miserias nacionales con las cuales fuimos entrando al siglo XXI, fue retirada y puesta a resguardo, hasta su reposición en 2005.

La rotura vandálica del arco ocurrió en el año 2014, motivando en muchos de nosotros que, a la par de la obvia reprobación de la conducta canalla de sus  perpetradores,  nos formulemos dos preguntas elementales: ¿no existen cámaras de seguridad en las plazas? ¿no son monitoreados en forma remota los monumentos artísticos?

Como digo, su intención es puramente artística, sin pretensiones conmemorativas. Fue en su origen un encargo particular de un comitente pudiente, con quien el escultor mantuvo un breve conflicto por las pretensiones de exclusividad de la obra. Finalmente, se llegó a un acuerdo. Me parece que la pieza original fue a dar, finalmente, a Tokio.

Bourdelle la ejecutó a los 48 años de edad (una edad de madurez personal y artística) en París, en el año 1909, el mismo año en que Rodin dijo de él: " C´est un éclaireur de l´avenir. Après les Grecs, il apporte les dernières nuances de la Beauté…"  

La presentó luego (¿1910 o 1913?) en el Salón de la Société Nationale des Beaux Arts.

De esta obra y su impacto tanto en la carrera de Bourdelle como en su lenguaje monumentalista tan personal, se ha señalado:

Tant par la puissance lyrique de sa violence, et la rigueur de son style que par l´ invention, qui écarte toute idée de réalisme, cette sculpture s´impose comme un pur chef d´oeuvre. Avec elle, Bourdelle a trouvé son langage et, dès ce moment, il ne cessera de créer des oeuvres de haute quaiité… (Raymond Cogniat)

De alguna manera, el Herakles arquero fijó el standard  cualitativo y expresivo para toda la producción posterior del escultor.

Se la ha llegado a calificar como la pieza-bisagra, que marca el comienzo de "la modernidad" vanguardista en materia de escultura. Deberíamos discutirlo. Y en cuanto al estilo, se ha dicho "expresionismo con romanticismo". Podría ser. Yo diría, quizás, expresionismo romántico post-rodiniano con el sello clásico-grecista--heroico-arcaizante de Bourdelle. Pero dejemos estas disquisiciones estilísticas y vayamos a la data más útil.

La Municipalidad de Buenos Aires  adquirió esta copia en la década de 1930. Existen en total unas diez copias: en Tokio como ya mencioné, Estados Unidos, Praga, Toulouse, Estocolmo etc.  Para algunos autores, es la obra más célebre de Bourdelle, aunque no le va en zaga el Monumento ecuestre a Alvear. Sin ánimo de comparar ambas obras, mi impresión es que la existencia de otros ejemplares del Herakles arquero en colecciones de países cultural y económicamente centrales, como Francia o los Estados Unidos, favorece su celebridad y su hipotética primacía, en detrimento de un héroe periférico cuya estatua se emplaza en un país…también periférico. Aunque, no está de más señalar, que el Monumento a Alvear es absolutamente único.

La obra está firmada por el autor. Un detalle digno de observación, antes de pasar a la figura, son , en el sector del peñón, a la derecha, los tres "sellos" agrupados que contienen la firma del artista, junto el nombre de la obra (expresado en signos de los alfabetos latino y griego). Alguno de esos sellos trae, también, un tema del "ciclo legendario hercúleo": la batalla contra la Hydra… Allí puedes leer, si observas atentamente, la palabra Hydra en francés y en griego. Al parecer, esa imagen en bajorrelieve siempre formó parte del programa iconográfico del Herakles, aplicada sobre la roca, en diferentes partes de ella (como se ve en un modelo en yeso fechado, a mi juicio erróneamente, en 1929), pero no me queda claro el tamaño original del relieve. También reconocerás el sello-rúbrica con los triángulos que en la línea de su contorno forman la estrella-pentagrama, un símbolo de connotaciones esotéricas y mágicas.



El tema de Herakles abatiendo a la Hydra de Lerna en un pequeño relieve ubicado en el sector de la roca (Foto OADM 2016)



Bajorrelieve representando la lucha de Herakles contra la Hydra de Lerna. Este "tema" formaba parte, ya desde el inicio, del programa iconográfico del Herakles arquero, como puedes advertirlo en la pieza emplazada en Buenos Aires. Observá la palabra Hydra en francés y en griego, arriba y abajo. (Fuente L´Oeuvre d´Antoine Bourdelle, Paris Col.OADM)




La firma de Bourdelle, compuesta de triángulos cuyo contorno forma una estrella-pentagrama, símbolo esotérico tradicional. (Foto OADM 2016)


Te invito a que descubras, tal vez, otros dos enigmáticos sellos, que parecen inconclusos… (uno por delante, otro por detrás, ambos en la roca).



Foto OADM 2016



Foto OADM 2016


También puedes apreciar en la cara posterior, bien debajo a la derecha, la firma del fondeur  parisino, Alexis Rudier. Un detalle que suele pasarse por alto pero que explica, adicionalmente, la excelencia de la pieza y la calidad de su fundición. Los guías de turismo no deberían omitir esta mención.



La firma del fundidor A.Rudier de Paris.Un dato que explica, adicionalmente, la excelencia de esta pieza de bronce. (Foto OADM 2016)


¿Qué vemos cuando miramos el Herakles arquero?
Aspectos iconográficos e iconológicos

Me resulta particularmente grato el poder compartir con Ustedes una descripción de esta escultura, que fue una de las primeras que abordé mediante la observación "en el terreno" y que plasmé en fichas y apuntes personales, cuando comencé a interesarme por la iconología... hace ya unos treinta años.

Con bastante sorpresa, comprobé entonces (y vuelvo a comprobar ahora) la cantidad de detalles y de data implícita que los autores pasaban por alto. Y que se siguen pasando por alto, pese a que la obra aparece en varios sitios en la web.

Lo que ocurre es que, como señaló Adolphe Basler, la producción estatuaria de Bourdelle se resume en une sculpture heroique, nourrie d´érudition… He aquí, a mi entender, una clave de la frecuente y llamativa indigencia descriptiva y analítica que encontramos en muchos textos: el problema de la erudición… Porque Bourdelle no es un bocado masticable para cualquier mandíbula: hace falta un sustrato de historia y de estética clásicas, de mitología, de arqueología anticuaria, de arqueografía, de glíptica, de poética y de unos campos semánticos expresados en griego y en latín, para alcanzar una completa y nutritiva digestión de sus obras. Sin ese sustrato puede resultar indigerible.

Yo voy a revelarte aquí algunas comprobaciones que fui anotando con el tiempo, y que, te garantizo, que no vas a encontrar en otros textos. La mayoría de ellas las he madurado durante dos o tres décadas (incluso, algunas las he modificado con el correr de los años) y se derivan de la simple pero atenta observación, pero en contraste con ese telón de fondo que proveen las humanidades grecorromanas, y que está alcance de quien quiera adentrarse en el mundo clásico por la vía de las lecturas.

Creo, por supuesto, que cada observador (y cada época) podrá resignificar la escultura con nuevas comprobaciones. En este sentido, me sumo a Italo Calvino (Por qué leer los clásicos, 1981) cuando decía que un libro clásico nunca termina de decir lo que tiene que decir… Lo mismo vale para el arte clásico.

La observación muy atenta de la escultura (de ésta o de cualquiera otra) es el primer paso perceptivo para comprender sus sentidos. Es el primer escalón en la accesibilidad cognoscitiva de los bienes patrimoniales. Disponemos, todavía, de la riesgosa ventaja de que no tiene rejas por delante que interfieran las visuales o te alejen demasiado de la volumetría de la obra. Además, su perímetro libre facilita el segundo nivel de accesibilidad física, ya que permite "circunvalarla" peatonalmente (no hay escalinatas ni verjas ni parapetos ni otras barreras físicas), y observarla de modo "periscópico". Incluso las personas ciegas, debidamente autorizadas y guiadas, podrían percibirla mediante el tacto.

Aprovechando esta situación de perímetro libre, hasta fue "abrazada" simbólicamente por varios vecinos, hace pocos meses, para reclamar su mayor protección. ¡Enhorabuena!

Otro aspecto es la orientación: como su plano frontal tiene rumbo Norte-Nord-Este, recibe el mayor caudal de luz solar entre la mañana y el final del mediodía, que es el momento óptimo, si quieres fotografiarla. Su dorso, en cambio, estará mejor iluminado por la tarde. Debes tener en cuenta que la plaza donde se ubica está rodeada de árboles, con lo cual el otoño será una mejor estación para obtener visuales más despejadas. Las fotografías que ilustran este post las obtuve alrededor de las 14 horas, en el mes de marzo.



Foto OADM 2016


Entonces, cuando vayas a observarla, ten presente estas circunstancias.

Allora... ¿Qué vemos, una vez situados frente a la estatua? Vemos, por empezar, una referencia mitológica clásica-heroica griega, aunque trabajada a la manera persona de Bourdelle (=Romanticismo–expresionista–monumental–arquetípico– heroico–arcaico).


Se trata de Herakles (nombre místico griego que le impuso Apolo) o de Hércules para los latinos, el semidiós de linaje argivo, cuyo atributo principal era la fuerza, más allá de la medida humana. Y ¿para qué empleó esa fuerza? Para unas hazañas "hercúleas" (atención a la palabra derivada de su nombre que funciona como adjetivo en castellano) que se conocen como los "doce trabajos" que le habrían sido impuestos como vía expiatoria de un crimen (¿o cómo obediencia amatoria a los caprichos de su primo Euristeo?) y con los cuales desafió y abatió los poderes de unas bestias y unos seres preternaturales.



Foto OADM 2016


En la escultura de Bourdelle que tenemos en Buenos Aires (y lo reitero: es un privilegio), Herakles / Hércules se ha despojado de los atributos narrativos e iconográficos convencionales (la barba, la piel del león de Nemea, el garrote o maza de olivo que él mismo había tallado durante su primera hazaña, la coraza dorada…) para  transformarse, como dije antes, en una figura arquetípica, una síntesis de lo heroico-griego-arcaico.

Antes de seguir, aclaro que tenemos otro Hércules de bronce de Bourdelle, pero bien diferente en intención, en composición y en modo expresivo: se trata de la escultura alegórica de La Fuerza que se ubica en el pedestal del Monumento al Gral.Alvear.

Continúo: el semidiós griego, aparece representado como "arquero", vale decir que su arma es el arco y la flecha, dones de Apolo… Aunque no vemos ni la cuerda del arco ni la flecha (y, de paso, tampoco el carcaj… ni siquiera los vestidos del héroe). La figura está desnuda, con esa desnudez simbólica del hombre frente a las potencias olímpicas y abismales.

Al representarlo como "arquero" seguramente el escultor tuvo en la mente la quinta hazaña del ciclo canónico de Herakles / Hércules, cuando mató a flechazos a los pájaros del lago Estinfalo, que asolaban la región y devoraban los frutos y los cultivos, e incluso podrían ser antropófagos. Para ello, según la leyenda, debió primero forzarlos a salir de las  selvas pantanosas donde se ocultaban, mediante el ardid de hacer sonar unas castañuelas de bronce: al remontar vuelo la bandada, el arquero pudo derribarla. La dirección de la mirada y del disparo imaginario que nos propone Bourdelle es perfectamente consistente con este episodio, ya que se dirigen hacia arriba, como siguiendo el vuelo de su moving target.



Herakles a punto de disparar la flecha, con los ojos fijos en el cielo, como siguiendo el derrotero de la bandada de pájaros monstruosos, según el relato mitológico: un momento de dramática tensión, reflejada en la atenta mirada y en la posición de los dedos de la mano derecha (Foto OADM 2016)

Imaginemos entonces la secuencia como se me ocurre que debió suceder:

1-Herakles ya provocó el ruido con las castañuelas;
2-Acecha, bien afirmado sobre unas rocas, la salida de los pájaros;
3-Éstos salen de su escondite y remontan vuelo en bandada;
4-Herakles tensa el arco, lo levanta, les apunta y se apresta a disparar. En este preciso momentum o kairós se produce la representación plástica de Bourdelle que tenemos ante nuestros ojos. Es una instantánea en bronce.

Pienso que es interesante recalcar esto del momentum, porque en ensayos anteriores que hizo el autor, de la misma pieza, he notado una sutil diferencia (que no he leído a ningún autor mencionarla). Me refiero a la posición de los dedos de la mano derecha, es decir, la mano que tensa la cuerda y sostiene la flecha. En uno de esos modelos previos del mismo año 1909 (por ejemplo, aquel que el propio Bourdelle denominó "autre attitude de l¨Herakles Archer" y que lo reproduzco en este post de mi colección privada de láminas), la mano muestra sus dedos abiertos, como si la flecha ya hubiera sido lanzada. Y aunque parezca una insignificancia o una puntualización gestual meramente erudita, yo creo que no lo es ni lo uno ni lo otro, porque determina un registro psicológico diferente del personaje. Quiero decir: si la flecha ya fue arrojada, en esa milésima de segundo, en ese "kalpa" de pensamiento, como dicen los budistas, el arquero ya habrá iniciado el reposo de su acción. Pero, si la flecha aún no fue arrojada pero está a punto de serlo (el momentum de la versión definitiva), el tenso dramatismo y la incertidumbre de ese instante crucial "imprimirá carácter" a toda la figura y "contagiará" al espectador.



Foto OADM 2016



Herakles arquero en el estudio previo que el escultor denominó Autre attitude. Observemos la mano derecha, cuyos dedos abiertos indican que la flecha ya ha sido disparada. La versión definitiva, en el momento previo al disparo, aporta a la figura una mayor tensión dramática que se contagia al espectador. (Fuente Ibíd.)


Hay que mencionar, también, que el tema de Herakles arquero (explícitamente disparando a los pájaros del lago Estinfalo), reaparecerá en la producción de Bourdelle, en 1924, pero bajo la modalidad de un dibujo-estudio (ejecutado a la mina de plomo) para el Afiche de las Artes Decorativas, bajo el rótulo de los Juegos Olímpicos de París. También comparto contigo una imagen en este post.



Herakles arquero, abatiendo a flechazos a los pájaros del lago Estinfalo, reaparecerá en la iconografía de Bourdelle con este bello afiche para los Juegos Olímpicos parisinos. (Lámina colección OADM)


He leído a los críticos decir que el bronce de Herakles arquero corresponde a un período "apolíneo" del escultor, que se despoja de "lo dionisíaco" de sus primeras obras; y que en ella prima la medida  de lo armónico. Si lo pongo en palabras griegas, sería la sophrosyne por oposición a la hybris o exceso dionisíaco.

Lo cierto es que, como te dije antes, El Arquero es señalado como un punto de inflexión en su producción y en su lenguaje. Y en general, al hablar de Bourdelle, los autores (o los editores quizás) por más distanciados que estén cronológicamente entre si, suelen ilustrar la biografía con la fotografía ineludible del Herakles arquero.

Lo estoy viendo ahora mismo en la obra de Heilmeyer-Benet de 1928, y en la "entrada" que escribió Raymond Cogniat para el Dictionnaire de la sculpture moderne en 1960.

Pero sigamos observando juntos y atentamente la figura. Insisto en que estoy compartiendo con ustedes mi propia contemplación y la cantidad de referencias colaterales que me sugiere. Pero recuerden que la experiencia contemplativa de la obra de arte es, en cierta medida, intransferible y depende del depositum de los saberes, las lecturas y las experiencias de cada uno. Más allá de algunos tips con validez común, cada uno contempla, admira y descubre a su manera. De modo que, si mis impresiones no coinciden con las tuyas, no hay motivo de alarma.

Digamos una palabra acerca del arco que eligió el escultor. Es importante saber que el arco, como arma de guerra o de caza, se corresponde con el ciclo homérico, o sea que es un arma arcaica. En tiempos posteriores a Homero, difícilmente se la mencione como arma de guerra; e incluso entre las legiones romanas jamás fue un arma propia, y quedaba reservada a los "cuerpos auxiliares", integrados por extranjeros.

Los griegos disponían de dos clases de arcos diferentes, aunque los escritores latinos suelen aplicarles a ambos el epíteto de sinuosus a causa de su forma curvada o sinuosa. Uno de ellos debió ser el famoso arco de Ulises, en Itaca, muy difícil de tensar. Para ejercitarse en el uso del arco, los jóvenes griegos disparaban sus flechas sobre un gallo colocado en el fuste de una columna… vivo.

Pero, existía un tercer modelo, llamado "arco escita" o "parto", que algunos autores (Lycophron) lo comparaban con la silueta de una serpiente y  en algunas representaciones aparece Hércules portándolo. Otros autores compararon este modelo de arco con alguna letra griega (sigma), y en las versiones más modernas, se lo asimiló a la letra "C". Éste último parece ser el arco que eligió Bourdelle para su Herakles.

Ahora bien, sería imposible reconocer hoy cabalmente ese tipo de arco en la pieza porteña, por la sencilla razón de que, hace un tiempo, le fue arrancada, brutalmente, una sección. ¿Cuánto tiempo le llevará a las autoridades locales para proceder a la debida restauración de la pieza? No parece una tarea "hercúlea" (valga el término), pero debe hacerse con arreglo a las buenas prácticas patrimoniales. Y debe hacerse pronto, con la imperativa perentoriedad de la frase que acuñaron los italianos, en 1902, para recuperar su "campanille" veneciano: com´era e dov´erao sea, como era y donde estaba… Sobran para ello los registros documentales de la pieza dañada.



Foto OADM 2016


La obra de arte no merece esta especie de compulsivo non finito, ajeno a la voluntad proyectual (kunstwollen) de su autor; y que, ridículamente, con cada día de demora en repararla, pone a los vándalos en el rol triunfal de "coautores" del monumento… Hasta puedo imaginarme su sorna burlona y jactanciosa, al pasar por delante de su cobarde "intervención"…

Dejar la escultura sin inmediata reparación establece un pésimo antecedente para otros casos.


La mirada del héroe está fijada en su objetivo: es un hombre perfectamente enfocado. Nada lo distrae. Me recuerda a la "parábola del arquero" del escritor taoísta Chuang Tzú. Decía más o menos así (y cito de memoria la traducción de los jesuitas de Taipei): cuando el arquero se concentra en el blanco / está en posesión de su destreza completa. En la versión inglesa (The need to win), Thomas Merton tradujo: When an archer is shooting for nothing / He has all his skill… que viene a significar lo mismo.



Foto OADM 2016


La cabeza es afilada y ostenta, como peinado, el "tocado griego", una especie de trenza (aunque no exactamente) que rodea el cráneo. Su cabello es corto, al contrario de la moda de los ciudadanos áticos, que preferían llevarlo largo, para diferenciarse de sus esclavos de pelo corto. ¿Por qué optó Bourdelle por el cabello corto para su Herakles? Es difícil precisarlo. En el caso del general Alvear incurrirá, deliberadamente, en un similar "desvío" iconográfico, al representarlo  de uniforme… pero sin sombrero.



Cabeza de Herakles arquero. Estudio previo del autor. (Fuente Ibíd.)


Indudablemente parece una cabeza arcaica y tal vez el autor pretendió para su Herakles un look  más cercano al Apolo del templo de Zeus en Olimpia. Pero, sinceramente, no he analizado en profundidad este aspecto de la obra, que deberán preguntarle, quizás, a mi apreciada colega Susana Speroni.




 En la frente, se manifiesta aquel recurso expresivo de Bourdelle que alguien llamó "la contracción de un músculo frontal" y que se describe como: dos líneas paralelas que recorren verticalmente la frente y que buscan transmitir las ideas que se suceden (o que se fijan) en la mente del personaje (A.Van Deurs y M.Renard). En este caso, como te dije antes, a mi juicio, si todavía no disparó la flecha pero está "en trance" de hacerlo, la idea fija y dominante será dar en el blanco. Yo puedo percibir esa idea en su expresión facial, aunque me ayuda, y mucho, para ello, la mano derecha y sus dedos cerrados. Te propongo este ejercicio: no dejes de mirar ambas partes de la figura en forma simultánea y luego alternada: el rostro y la mano derecha, over and over again...

Los pómulos están bien marcados, y, junto con la acusada nariz y la boca (esa comisura entreabierta de los labios refuerza la fijación de su idea: como si hubiera contenido la respiración nasal y sólo permitiera el paso de una mínima "bocanada" de aire a través, precisamente, de la boca), se compusieron mediante figuras triangulares.

En cuanto a los ojos, marcadamente delineados ¿no se asemeja al prósopon, la "máscara" del actor teatral griego, que los latinos llamaron luego "persona"?



Foto OADM 2016


La mano izquierda, cuyo brazo está extendido al máximo, sostiene el arco, y la derecha tensa la cuerda y empuña la flecha, que se han vuelto invisibles. He aquí un motivo de asombro: ¿percibimos la presencia de esa cuerda y de esa flecha aún cuando fueron desmaterializadas e invisibilizadas por el artista? Ciertamente, no las vemos, pero sí las percibimos. Es otro modo de "ver" las cosas… Como se lee en Ulises de Joyce: -Cierra los ojos y mira…-  O sea, Joyce nuevamente:  ineluctable modality of the visible…"La ineluctable escisión del ver", como la llama Didi-Huberman (Ce que nous voyons, ce qui nous regarde, 1992 ). Otro día y en otro post, hablaremos de este asunto y de su relación táctil con las esculturas.

Pero volviendo a este caso, me parece descubrir un "artificio" bourdelliano que, como engaño óptico, nos hace "ver" la flecha: el hueso cigomático del pómulo derecho, casi perpendicular  al arco, coincidiría con la posición de la varilla de la flecha o estaría paralelo a ella. Así, donde vemos la línea recta del pómulo, creemos ver la flecha que, en condiciones normales, también estaría perpendicular al arco… Pero, es una conjetura mía, provisoria, de modo que no le asignes un valor concluyente.



Foto OADM 2016


Sigamos con Herakles: la manera de "agarrar" (no dispongo de un verbo mejor) el arco y la flecha, tienen una intensidad propia, un grip como dicen los ingleses, que me recuerda aquel "estudio de mano" hecho en bronce en 1909 (se publicó en una planche del fascículo IIº de L´Oeuvre d ´Antoine Bourdelle, con comentarios y autobiografía del artista y lo comparto contigo en las imágenes). Una mano que parece capaz de "asir" fuertemente, pero más todavía de "triturar", como debió ser la mano de Hércules. Me recuerda aquella escena de la película Gladiator de Ridley Scott, donde el héroe protagónico (Maximus / Russell Crowe), que tiene mucho de "hercúleo", conjetura que, con su mano no podría triturar el cráneo de un adulto, pero quizás, si, el de un muchacho.



Estudio de mano del año 1909, el mismo año de ejecución del Herakles arquero. Una mano poderosa, capaz de "asir" y a la vez de "triturar", como debió ser la mano de Herakles, cargada de la dynamis homérica, o fortaleza física. Fuente L´Oeuvre d´Antoine Bourdelle, Paris Col.OADM


Debemos leer en la potencia de esa mano modelada en 1909 alguna autorreferencia? No te olvides que Bourdelle, criado como montañés y acostumbrado a desbastar la madera en los años juveniles, tenía su caudal de fuerza física manual. Me hace acordar (y es pura ocurrencia mía) a Santiano, en nuestro medio artístico, y su trabajo primerizo como "forzudo" de circo… que tanto le sirvió luego como escultor. Eran tipos con mucha fuerza física.

Y acá también, en el caso de Bourdelle y sus recurrencias clásicas, advierto una fusión con su propio mundo de arquetipos antiguos: acordáte lo que decía Montesquieu en el capítulo II de Grandeza y decadencia de los romanos, respecto de que aquellos eran fuertes en grado superlativo. Lo mismo puede predicarse de los héroes homéricos. No en vano Simone Weil llamó a La Ilíada, "el poema de la fuerza"…

Y no en vano, el propio Bourdelle, cuando se refería a sus parientes más influyentes en su desarrollo como artista, los llamaba quatre dieux… cuatro dioses… Una denominación arquetípica que transforma su linaje familiar, en un linaje sobrehumano.



Foto OADM 2016


Sigamos con nuestra visita: el pie izquierdo (que es casi una "garra"… observá esos dedos "agarrotados"… más propio de un primate o de un homínido, que de un ser humano…) se apoya contra un peñón, como si lo empujara. La postura es de un atletismo olímpico rallano en el "contorsionismo" (no debería descartarse, en este punto, la influencia de los circos y las ferias de fenómenos freak, en la Europa de aquella época…), porque el pie y la rodilla izquierda no se plantan en el suelo, sino que debido a la altura de la roca donde se elonga y se afirma esa pierna, han quedado en línea y a la altura ¡del plexo solar!; en tanto la rodilla derecha se dobla sobre otra roca (en este caso ground zero) para dar el punto de sustento y descarga gravitacional al cuerpo. El equilibrio debe ser perfecto porque la composición geométrica de la complicada postura corporal  así lo reclama.



El pie izquierdo de Herakles, casi una "garra", apoyado firmemente contra el peñón, como empujando la piedra. (Foto OADM 2016)



 

Foto OADM 2016


Al parecer, hubo un modelo vivo identificado, que habría posado para  Bourdelle, un sportman conocido del artista, que habría pedido que su rostro no fuera retratado, y solamente su cuerpo. Pero no he corroborado esta versión. Es de imaginar la tremenda incomodidad de la "pose" y la necesidad de descansos del modelo. La musculatura de la figura es, previsiblemente, desarrollada, elástica y marcada.



Foto OADM 2016


Todo él está en tensión. Es, ya, uno mismo con el arco, en esa especie de fusión ontológica que propone como meta la arquería Zen japonesa, o la práctica marcial del Kung-Fu del templo Shao-Lin, el Wing-Chun del maestro Yip-Man, o el más moderno Jeet-Kune-Do de Bruce Lee.

La  frase maravillosa que Cicerón pone en boca de Catón, para referirse a un patricio romano, lo refleja cabalmente: animum intentum tanquam arcum… que yo traduzco como: tenía su espíritu tenso como un arco… (De Senectute)



Foto OADM 2016


Así aparece, ante mi mirada, este Herakles arquero cuyo ser-en el-mundo acontece, cada día,  en la ciudad porteña donde muchos de nosotros también elegimos ser-en el-mundo. No dejes de acercarte a mirarlo de cerca. Y esperemos que los funcionarios locales también se acerquen a comprobar su estado y dispongan, prontamente, su restauración y su mayor protección.




Post data: Una reflexión adicional.
Pensemos en la calidad de las obras de arte que, en el pasado, adquiría el Estado para los espacios públicos, en contraste con el presente, cuando el gobierno local nos obsequia, muy cerca de las esculturas de Bourdelle, con las chatarras de un escultor chatarrero…o cuando el gobierno nacional suplantó al Cristóbal Colón de Zochi, por una monstruosa versión de Juana Azurduy…
Es un mal reiterado en casi todos los municipios, con la destacable excepción de la Municipalidad de San Isidro, que, con mejor orientado gusto, ha emplazado recientemente, obras notables de Vivianne Duchini y de "Pájaro" Gómez.



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Herakles arquero en un estudio previo del escultor, que él denominó Autre attitude. Aún manteniendo la composición general de la figura, presenta diferencias de detalles con la obra definitiva. (Fuente Ibíd.)