La mirada y la interpretación de Oscar Andrés De Masi, arqueógrafo

jueves, 28 de abril de 2016

ESCRIBANO NÉSTOR ONSARI. IN MEMORIAM


Ante la reciente noticia del fallecimiento del escribano Néstor Onsari, presidente del Instituto Histórico Municipal de Lomas de Zamora y destacado investigador y publicista de la historia de la comarca sur del Riachuelo de los Navíos, viene a mi memoria, como un rápido reflejo verbal,  aquello que un ministro nacional le escribió a César Adrogué, con motivo de la muerte de su padre, don Esteban: cualquier palabra que pudiera yo expresarle en este momento, sería inferior al motivo…

Más allá del afecto amical y del respeto intelectual que su figura despertaba en mi ánimo desde hace más de treinta años (y que el paso del tiempo contribuyó a aumentar), mi primera reflexión, de profundis, desde la hondura de la pena, es la certeza de que Néstor deja un vacío en la tarea, siempre ardua, de preservar, difundir y defender la memoria histórica del partido de Lomas de Zamora y su patrimonio edificado. Un vacío que será virtualmente imposible de completar; al menos no del mismo modo ni con el mismo sello personalísimo que él le imprimía a la materia, con su carácter vehemente, con su personalidad ya casi consular en el medio local, y con sus aquilatadas filiaciones masónicas que él supo honrar como un legado ancestral.

Ahora que su patria es el infinito espacio del recuerdo, comienza para sus amigos y colegas, la tarea de evocarlo con justeza, de rescatar sus muchos escritos (tantísimos inéditos) y de valorar su herencia intelectual y humana.

Y como solía abreviarse en la antigua epigrafía sepulcral cristiana, tan amigable respecto de las tradiciones esotéricas masónicas, para el escribano Onsari, para nuestro amigo Néstor decimos: L.AE.L.ELux Aeterna Lucet Eius… (y yo sé que, dondequiera que esté ahora, disfrutará este latinazgo…).

oadm

28-IV-2016


martes, 26 de abril de 2016

EL ABUELO INMORTAL, OBRA DE ÁNGEL EUSEBIO YBARRA GARCIA



Foto oadm 2008

La simpatía y el respeto de Ybarra García por la figura sanmartiniana ya había quedado demostrada desde antes de la realización de este monumento emplazado en la Plaza Grand Bourg de Palermo. En efecto, en el año 1946 fue inaugurado su excepcional Monumento ecuestre al General San Martín, en la Plaza Victorio Grigera de Lomas de Zamora (goza desde el año 2004, de la categoría de bien de interés artístico nacional)Además, Ybarra García fue el diseñador del célebre Collar de la Orden del Libertador General San Martín.

El sitio de ubicación de El Abuelo inmortal, (así denominado por el escultor) resulta consistente con la atmósfera de evocación sanmartiniana: allí se levantó en 1944 una réplica de la casa del Libertador en Boulogne-Sur-Mer (Francia) que es la sede del Instituto Nacional Sanmartiniano.


La obra escultórica que comentamos se aparta de la iconografía monumental más usual para el General San Martín, que, en este caso, no ha sido representado ni militar ni joven, sino anciano y civil. Y para completar la operación de "humanización iconográfica", se lo ha puesto cómodamente  sentado y en coloquio patriarcal con sus dos nietas. Vale decir, una escena doméstica muy verosímil de sus años finales de autoexilio: el abuelo habla y gesticula con la mano derecha, como quien relata una historia. Las nietas escuchan atentamente. Bien simple.

Imperado el año 1950 por la Ley 13.661, como  "Año del Libertador General San Martín" (que hemos visto repetido en membretes y otras etiquetas, y hasta en la fecha de algunos edificios inaugurados en la Capital, en aquel año), el monumento fue establecido por aquella norma (concurso mediante) e  inaugurado en aquel marco de homenaje.

Las tres figuras de bronce (escala superior a la humana) se apoyan sobre un pedestal ortogonal de granito, en tres de cuyos laterales existen placas de bronce del mismo autor, que representan otras tantas escenas de la vida cotidiana de un San Martín ya jubilado: limpiando sus armas, paseando en la ribera del río Sena y cultivando dalias… Quizás (y con el debido respeto) hubiera sido más ajustado al contexto epocal europeo y a la actitud atribuida al homenajeado, denominar al conjunto El Abuelo burgués… Pero, en rigor, se supone que la etiqueta del "abuelo inmortal" es una proyección del pensamiento de las nietas que lo escuchan embelesadas. En fin, cada uno sacará sus propias conclusiones con solo observar.

Hay alguna situación de desajuste de escalas entre la figura sanmartiniana y las dos niñas, como podrás advertir mirando atentamente. Te sugiero que tomes como referencia el tamaño de las cabezas. ¿Lo hizo deliberadamente Ybarra García para acentuar las distancias etarias entre los protagonistas de la escena? No lo sabemos. Tal vez.  Es difícil que cometiera un error tan ostensible.

El rostro del Libertador ya anciano, muy logrado en su modelado y en su expresión, se basa en el conocido daguerrotipo parisino de 1848 (es decir, dos años antes de su muerte) que se conserva en el Museo Histórico Nacional, aunque despojado obviamente de cualquier rigidez hierática, como conviene al momentum familiar retratado por el artista. A mi juicio, no es una copia servil del daguerrotipo en lo tocante al rostro (yo advierto alguna ligera diferencia en los rasgos faciales… ¿pudo haber existido un modelo vivo, además del daguerrotipo? No lo descartaría). Luce  chaqueta y chaleco por debajo, camisa de cuello alto y el característico moño, todo lo cual se observa también en el daguerrotipo.

De la hechura de esta obra se cuentan algunas anécdotas: que Ybarra García comenzó la labor en el garaje de su casa; que para lograr la marcada vascularidad de las manos, o los nudillos de los dedos, el escultor hizo posar a un músico del barrio (¿violinista?) llamado Ubertone; o que, para una de las nietas, la modelo fue Susana Tezanos Pinto, también vecina del barrio, quien solía recordar la paciencia del artista durante el modelado.

Ybarra García (que se graduó como ingeniero y se desempeñó como profesor) fue un gran artista argentino, sin duda. Había nacido en 1892 y falleció en 1972. El academicismo fue una constante en su obra y, quizás, la única licencia vanguardista que se tomó, fueron algunos pedestales de mármol travertino cercanos al art-decó, como el del San Martín lomense, o el del Hernando de Lerma salteño, o el mástil de homenaje a Güemes en la Plaza de su nombre en Palermo (o Plaza Guadalupe).

Había ganado el primer concurso para el Monumento al Descamisado (ver mi post en este mismo blog), pero su escala y el convencionalismo de su programa iconográfico no fueron convincentes para el monumentalismo exacerbado y rupturista que pretendía el gobierno justicialista, y su obra no se ejecutó (aunque a él se lo indemnizó adecuadamente). Pero, esta situación, al parecer, lo perjudicó luego del golpe de 1955, ya que se lo consideró un artista adepto del "régimen depuesto", como se solía decir.

Si querés visitar otras esculturas suyas, aquí tienes un listado preliminar (y bastante incompleto) que vengo elaborando para una biografía de Ybarra García que, ojalá, algún día terminaré de escribir:**

-Monumento ecuestre al general San Martín en Lomas de Zamora
-El Abuelo inmortal en Buenos Aires
-Medallón de Güemes y mástil en Palermo
-Medallones en la fachada de la Basílica del Espíritu Santo
-Monumento a Hernando de Lerma en Salta (con sus relieves laterales)
-Matrona de 1930 (para el XVII Salón de Otoño, Rosario, 1938)
-Sepulcro tipo sarcófago de C.Melo en la Recoleta
-Placa de Rómulo Etcheverry en la Recoleta
-Placa de Federico Augusto Otto en la bóveda de Nicolás Repetto en la Recoleta (un dato importante para las guías de Recoleta: allí está sepultado Ybarra García)
-Sepulcro y escultura de Enrique de Vedia en la Chacarita
-Busto de Rómulo Naón frente al Palacio de Tribunales en la Capital (debo recordarle, respetuosamente, a las autoridades de la Ciudad, que los excrementos de palomas no forman parte de la voluntad formal del busto y que, por lo tanto, deben limpiarse periódicamente…)
-Busto de Pedro Luro en Mar del Plata
-Maqueta del monumento a Alberdi (concurso que finalmente ganó Riganelli en 1937)
-Monumento al general Julio A.Roca en San Miguel de Tucumán
-Monumento a Román Harostegui en Las Flores
-Miembro de la Comisión de Re-Urbanizaciòn de los cementerios del Oeste y de Flores (¿Qué hizo allí? No lo sé aún)
-Collar de la Orden del Libertador General San Martín

**Para otras referencias bibliográficas, podés consultar mi trabajo en la revista Anales del IAA, números 39-40, años 2005-2006, página 113.



 Foto oadm 2008



viernes, 15 de abril de 2016

NO ES UN VIAJE A LAS ESTATUAS... ¡ES UN VIAJE A LOS VITRALES!





Imágenes que registramos el viernes 15 de abril en la Iglesia de Santa María, en Caballito, durante el rodaje de la serie documental Patronos & Herederos-Memorias de la Fe, con el equipo de producción de Zonda Media. Quiero destacar la amabilidad de las autoridades parroquiales.


La curiosidad son cuatro vitrales colocados en la portezuela de acceso al templo (levantado por iniciativa del cardenal Copello en homenaje a su madre) donde la figura representada no es, ni un santo canonizado, ni un mártir, ni un apóstol... sino el mismísimo Copello. Vale la pena pasar a verlos.



En este caso, en la Iglesia de Santa María en el barrio porteño de Caballito, erigida por el cardenal Copello en homenaje a su madre, María Bianchi de Copello. En la cámara, Julián Torres. La foto la tomó Fernando Leanza.



miércoles, 13 de abril de 2016

ARQUITECTO NORBERTO SILVA. IN MEMORIAM

El día 6 de abril falleció en Buenos Aires, en forma inesperada, el arquitecto Norberto Silva.

Y al enterarme de la noticia, no pude evitar el preguntarme ¿qué clase de vínculo cultivé con él durante una década? ¿Sería exagerado decir que fuimos "amigos"? Se trata de una palabra de alcance ambicioso. Norberto no llegó a ser mi amigo, pero se aproximó a ese perímetro de lo que llamamos comúnmente "amistad", sin trasponerlo. Quizás, la mejor palabra en este caso sea la "afinidad": nos era afín la cuestión de la arquitectura religiosa y monumental. Y de ella hablamos con frecuencia.

Conocí a Norberto a través de Nicolás Godoy, allá por el año 2004 o 2005. Sabía de su actuación profesional en la Catedral Metropolitana. Y lo presenté ante Alberto S.J. de Paula (quien presidía la Comisión Nacional de Monumentos) y ante Juan Martín Repetto (su vicepresidente). Se trataba de convocar a un arquitecto con sensibilidad religiosa y con experiencia en un templo monumental, para formular un Master Plan de tareas de restauración y puesta en valor, a realizar en la Catedral de Lomas de Zamora (monumento histórico nacional). De inmediato simpatizó con las autoridades de la Comisión y con el párroco Jorge Vázquez. Desarrolló una tarea proyectual y de dirección de las obras, inauguradas parcialmente en el año 2008. Luego, realizó análogas tareas para la Quinta "Los Leones", en Banfield (también monumento histórico nacional).
Una segunda fase del Master Plan en la citada Catedral volvió a convocarlo, esta vez únicamente en la etapa de proyecto, en el año 2014-2015. También actuó, antes, en tareas de restauración, y en el proyecto y ejecución de un cinerario, en la Iglesia de Balvanera (monumento histórico nacional).

Vale decir, que tuvo el privilegio de intervenir en el restauro de cuatro monumentos nacionales

Todavía, en los años 2013-2014, pude acercarlo a la Santa Casa de Ejercicios Espirituales, donde lideró un equipo profesional ad honorem que formuló el documento preliminar de un futuro Master Plan que, lamentablemente, no pudo pasar de la etapa de diagnóstico y anteproyecto. Recuerdo perfectamente sus primeros bocetos en planta, dibujados con lápiz de trazo grueso, en un cuaderno de espirales tipo Arte.

En el último email que recibí de Norberto, el 10 de marzo de este año, me decía:

Hola Oscar, te felicito por la página!!!
Aprovecho para transmitirte dos preocupaciones que tengo (no te rías plis):
1) Qué pasa con el monumento a Alberdi retirado de la Plaza Constitución. Deduzco que fue para    construir la central de transferencia subterránea.
2) La magnífica puerta central, pieza de bajorrelieve en bronce, del Colegio Carlos Pellegrini de Entre Ríos entre Cochabamba y Constitución. Evocaba la Asamblea del 53 (creo) era similar a la que hay en el monumento de Urquiza de F. Alcorta.

Tal vez estemos a tiempo de hacer algo.
Lo que pasa es que estas piezas quedaron en zonas postergadas de la ciudad, a nadie le importa.


Este email ratifica que la escala urbana de Buenos Aires también era un tema de su interés en los últimos tiempos. Llegamos a hablar de ello un par de veces

Cuando hablábamos de intervenciones en edificios de valor patrimonial, no siempre coincidíamos en los criterios operativos y, menos aún, en su extraña metodología de supervisión de las obras. Pero, su concepción estética general y su instintivo criterio en materia de texturas de mármol y de paleta de colores eran, por regla, indiscutibles. La Catedral de Lomas de Zamora le debe, entre otras cosas, los colores que hoy exhiben los pilares y las molduras de las naves laterales: una exitosa combinación de burgundy y de un verde indefinible, en amistoso diálogo con los estucados que datan de 1944-1947. También fue creación exclusivamente suya, el retablo-sagrario, de lenguaje más contemporáneo, para la capilla eucarística del mismo templo catedralicio.

¿Cuál fue, entre los cuatro monumentos nacionales en que intervino, su mejor trabajo? Si bien la Catedral Metropolitana (donde hubo otros arquitectos) le concedió mayor nombradía en el ambiente del patrimonio (no exenta de críticas en algún caso), mi impresión es que en Balvanera y en Lomas de Zamora asumió una impronta más personal. No tengo dudas de que, de haber concretado el proyecto para la Santa Casa, éste hubiera sido su capolavoro. Tenía la madurez, la experiencia y hasta el sosiego intelectual para que así lo fuera.

Su muerte prematura (como toda muerte prematura) deja la sensación de una labor inconclusa donde, acaso, el momentum más destacado estaba por venir. Nos queda, sin embargo, el testimonio material de su actuación profesional en aquellos cuatro edificios monumentales que dan prueba de que el arquitecto Norberto Silva fue un eslabón en esa cadena de valor social y cultural que llamamos el patrimonio de los argentinos. Tal vez sea ésa, como dice el Evangelio según San Lucas, su mejor parte, la que ya no le será quitada.


Y al escribir este recuerdo, comenzamos a añorarlo como a un amigo ausente, que ha emprendido un viaje sin fronteras. 


Arquitecto Norberto Silva (a la izquierda) con el escultor José Piuma, durante los trabajos de restauración de la Catedral de Lomas de Zamora. Foto oadm. Noviembre de 2007.

jueves, 7 de abril de 2016

HALLAZGO ESCULTÓRICO FUNERARIO EN EL CEMENTERIO CENTRAL DE SAN ISIDRO: UN MEDALLÓN OBRA DE ALBERTO LAGOS




Este bien artístico funerario ha sido identificado en el marco del trabajo integral sobre el Patrimonio escultórico y conmemorativo de San Isidro, que vengo realizando con la colaboración de la arquitecta Marcela Fugardo.

Se trata de una de las pocas piezas artísticas originales (es decir, no fabricadas en serie) y cuya autoría se debe a un célebre artista argentino, que hallamos en el Cementerio Central de San Isidro. Los encargos de piezas funerarias privadas, aun de menor escala, venían a suplir, para muchos escultores, la encomienda de grandes monumentos públicos. Estos últimos no eran, obviamente, una oportunidad que se presentara con frecuencia, aun cuando algunos artistas (como el caso de Lagos) supieron sacar provecho de las demandas monumentales para el espacio público.

El perfil izquierdo de Horacio Beccar Varela ha sido representado en un medallón o “tondo” de bronce que exhibe la pátina de los años. Con excepción de la oreja, el resto de las facciones y, precisamente, los cabellos, han sido sumariamente trazados por el escultor. La acentuación de las masas musculares del rostro y del cuello, y el marcado trazo del pómulo, confieren al retrato un dinamismo expresionista y, a la vez, una impronta consular que remite a los retratos heroicos clásicos y a su intención de inmortalizar al retratado.