La mirada y la interpretación de Oscar Andrés De Masi, arqueógrafo

miércoles, 27 de julio de 2016

LA CASA CURUTCHET, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD. (LA TRASTIENDA DEL INICIO DEL TRÁMITE)




Visitando la casa Curutchet con el equipo de Zonda Media en el 2014


Los argentinos hemos recibido con satisfacción la noticia de que la UNESCO ha incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad, a la Casa Curutchet (monumento histórico nacional declarado en 1987), proyectada por Le Corbusier y situada en la ciudad de La Plata.

Mi propia cercanía con aquel largo trámite, durante mi desempeño en la Comisión Nacional de Monumentos, me mueve a relatarles algunos pormenores y, de paso, rescatar los nombres de los gestores tempranos de este logro, que han sido omitidos en las recientes notas de prensa.

Fue en la reunión plenaria del 29 de abril de 2004 que, como punto 4.a., se planteó este tema, con una curiosa alternativa protocolar que les contaré enseguida.

Yo participé, como asesor legal, de aquella reunión, que comenzó presidiendo Juan Martín Repetto, en ausencia de Alberto de Paula…quien seguía las alternativas detrás de la puerta. En aquella ocasión, el comité directivo resolvió , por unanimidad, propiciar la inclusión de la Casa Curutchet en la Lista Indicativa de Patrimonio Mundial. Y se aprobó, además, que Alberto de Paula asumiera el rol de "punto focal" para la presentación de la propuesta. Alberto tenía sumo interés en aquella declaratoria y en actuar él mismo en la formulación. Ya años atrás, al escribir su historia urbana de la ciudad de La Plata, había frecuentado el estudio y el aprecio de la Casa Curutchet. Pero, por razones de delicadeza, no deseaba autoproponerse ni estar presente cuando el comité lo hiciera. De ahí que se pactó que la propuesta la lleváramos a la mesa Repetto y yo (con la complicidad amable del resto de los presentes), mientras él aguardaba en la antesala. Así se hizo, y el acta de aquella reunión relata, con la pulcritud solemne de una crónica, que "siendo las 14.45 hs. ingresó en el recinto el señor presidente y enterado  de lo actuado sobre este punto, acepta la moción para la cual fue propuesto".

Comenzó de esta manera una dilatada tramitación, que incluyó reuniones, informes, presentaciones y gestiones en el país y en Paris. Todo ello en sintonía con la CONAPLU. Se sumaron a la tarea profesionales como Alfredo Conti, Gladys Perez Ferrando y Jorge Bozzano.

Un episodio que también recuerdo fue la urgencia que me planteó Alberto de Paula, en el sentido de contar con una norma nacional  que asegurara la amortiguación del entorno de la casa. Había que redactar un proyecto de decreto declarando los edificios linderos en el marco de la Ley 12.665. Nos juntamos a comer en el "Sorrento" de la avenida Corrientes, luego de una reunión de directorio de la Comisión, y, a los postres (y recalco lo de "postres" porque Alberto jamás se privaba de ese plato final) esbozamos un primer borrador de decreto que me llevé a mi casa y terminé de pulir al día siguiente. Un par de días después, lo revisamos con Martín Repetto, para presentarlo al comité ejecutivo en la primera reunión subsiguiente.

Así fue la génesis de este trámite en favor de la Casa Curutchet y su entorno, que hoy se corona con el éxito de su declaratoria ante la UNESCO y que merece el recuerdo de todos los que ayudaron a logrado, comenzando por nuestro amigo Alberto de Paula.

Y para festejar este logro, los invito a hacer click a la derecha de la pantalla en Experiencia Full HD, para ver un fragmento del episodio de la serie Planeamos tu día (postales desde otra mirada) que rodamos para Bacua con el equipo de Zonda Media en la Casa Curutchet (y con el amable acompañamiento de Oscar Lamacchia).


La pregunta que nos hacemos (y que seguramente ustedes se harán luego de ver el fragmento del episodio) es ¿por qué las actuales autoridades de la Secretaría de Medios / BACUA se niegan a poner en pantalla o en la web estos contenidos que atañen al patrimonio de los argentinos?




Visitando la casa Curutchet con el equipo de Zonda Media en 2014




martes, 19 de julio de 2016

EL MONUMENTO A FRAY JUSTO SANTA MARÍA DE ORO EN BANFIELD (LOMAS DE ZAMORA): VERGÜENZA DEL BICENTENARIO



 Foto OADM,  julio 2016


No muchos municipios del conurbano bonaerense exhiben, en sus espacios públicos, monumentos escultóricos erigidos a la memoria de los congresales de Tucumán. No recuerdo ninguno en Adrogué ni en San Isidro, por mencionar dos distritos que conozco y frecuento. Incluso en la Capital, excluidos Paso y Pueyrredon, cuyas estatuas no se originan en su actuación como congresales en 1816, ¿cuáles otros diputados de Tucumán tienen sus monumentos en alguna plaza? Por lo pronto, que yo recuerde ahora, no los tienen ni Medrano, ni Fray Cayetano Rodriguez, ni Sáenz, ni Gazcón, ni Darregueyra, ni Anchorena, todos ellos elegidos por Buenos Aires.

Lomas de Zamora tiene el privilegio de poseer uno de los poquísimos: el busto de tributo a Fray Justo Santa María de Oro, situado, desde los años 60´s, en la avenida Alem, frente a la estación Banfield del Ferrocarril Roca (antes Ferrocarril del Sud). La pieza había sido inaugurada en 1916 en uno de los squares de la avenida Alsina, del otro lado de las vías. Despojada de su mejor pedestal original, retiene aún la majestad lacónica del busto (que refleja la sobria figura del fraile republicano) y la belleza de la placa alusiva.

Ya en un post reciente con el cual nuestro blog adhirió al Bicentenario de la declaración de la Independencia nos hemos referido a este monumento, presentándolo en detalle a nuestros visitantes mediante un docu-clip experimental, que pueden ver a la derecha de la pantalla en Experiencia Full HD.

Cuando grabé aquel video, me causaron bastante mala impresión los graffiti que los vándalos locales o forasteros habían pintado en el pedestal; pero, quizás, peor impresión me causó la indiferencia de la autoridad municipal respecto de esta situación. Fue hace varios meses (fíjense que en el video llevo puesta ropa de verano) y yo abrigaba la remota esperanza de que, acercándonos a la fecha patria bicentenaria del 9 de julio, y siendo el único monumento artístico levantado en el partido de Lomas de Zamora a un congresal de 1816, la Municipalidad haría un esfuerzo de limpieza y redignificación del monumento. Vana esperanza…

Sólo un milagro, a esta altura, podría provocar en los funcionarios municipales lomenses una mínima actitud de interés en favor del patrimonio histórico-artístico-monumental local. Baste ver la pintura que persiste en la fachada del Palacio Municipal (monumento histórico nacional) traicionando la voluntad cromática del proyectista y del lenguaje formal elegido… Baste ver el parapeto al modo de un ridículo "bonete" sobreelevado en el remate de la torre-reloj  del mismo edificio… Baste ver la supresión de la amortiguación visual posterior del Palacio, causada por un volumen intruso, construido allí por la propia Municipalidad… Baste ver el estado del bellísimo monumento ecuestre al General San Martín (bien de interés histórico nacional) en la Plaza "Victorio Grigera"… Basten estos ejemplos…

Lo irritante del caso es que la Municipalidad no ha sido capaz de gastar unos pocos dineros en pintar el basamento de Fray Justo (y, de paso, limpiar el bronce del busto y de la placa) y ha gastado, con evidente sentido del marketing político, una suma previsiblemente más importante en el "festival popular" organizado el día 9 de julio en la plaza principal, con desfiles, danzas y músicos. Ambas erogaciones, con todo y su asimetría, no parecen incompatibles.

Y lo más irónico es que, a escasas diez cuadras de allí, el único monumento local a un congresal de Tucumán, se alzaba ese día (y allí sigue), pintarrajeado e ignorado, ajeno a cualquier re-significación, como un emblema penoso de la  indiferencia municipal ante el patrimonio monumental de Lomas de Zamora.

A esta situación inexplicable nuestro blog la llama sin eufemismos: vergüenza del Bicentenario.





viernes, 8 de julio de 2016

VIAJE A LAS ESTATUAS SE ASOCIA A LA CONMEMORACION DEL BICENTENARIO DE NUESTRA INDEPENDENCIA





En vísperas del 9 de julio y la conmemoración del bicentenario de la declaración de la independencia argentina, ofrecemos a nuestros amigos y amigas que siguen las novedades del blog http://viajealasestatuas.blogspot.com.ar, un reciente docu-clip en el cual visitamos obras escultóricas que rinden homenaje a Fray Cayetano Rodriguez (en el convento de San Francisco en Buenos Aires) destacado congresal de 1816.

Haciendo click a la derecha de la pantalla, en Experiencia Full HD, podrán disfrutar de este nuevo viaje a las estatuas. Y como plus, les ofrezco a continuación el extracto de un texto que escribió en 1910 Monseñor Miguel de Andrea, acerca de "El Clero y la República", y que fue publicado en el suplemento especial de La Nación del 25 de mayo de aquel año:

"Son 29 las firmas que lleva el acta de la independencia nacional; quince de ellas, es decir, más de la mitad, son de sacerdotes ilustres. Y si no figura una más, la del Dr.Calixto del Corro, es porque a la sazón se encontraba ausente, cumpliendo una comisión que el mismo Congreso le confiara ante Artigas.

El sencillo relato del párrafo que termino hace inútil todo comentario que pudiera añadir, para demostrar la intervención eficacísima de nuestro clero en la marcha de los destinos nacionales…


Las sesiones del Congreso de Tucumán siguieron siendo impregnadas del espíritu nobilísimo que animaba el patriotismo de los sacerdotes. Hasta la materialidad del trabajo denuncia su acción laboriosa. La pluma de Fray Cayetano aparece en la redacción de sus importantes sesiones. Y cuando llegó una hora de trascendencia suma para la constitución de nuestra nacionalidad, llegó también el momento en que nuestros sacerdotes se elevaron a la altura exigida por la responsabilidad que sobre nuestros prohombres pesaba. La forma de gobierno que debía adoptarse para la Nación, que se venía elaborando, constituía un motivo de pronunciadas divergencias, y todos sabemos la cooperación oportuna y decisiva prestada en esos momentos por Fray Justo Santa María de Oro…"





jueves, 7 de julio de 2016

UN APORTE DE GUILLERMO GASIÓ A LA HISTORIA DEL MONUMENTO A ECHEVERRÍA EN LA CAPITAL

UN APORTE DE GUILLERMO GASIÓ A LA HISTORIA DEL MONUMENTO A ECHEVERRÍA EN LA CAPITAL

Mi querido amigo Oscar De Masi:

He leído con gran interés tu informe sobre el monumento (o los monumentos) erigidos a Esteban Echeverría en la ciudad de Buenos Aires.

A continuación agrego algunos datos que fui recogiendo durante una investigación sobre El matadero, sus circunstancias, y sus proyecciones políticas y literarias.

Seguramente serán de tu interés y de quienes consultan el blog viajealasestatuas

Felicitaciones, una vez más, por tus constantes aportes.
Con un cordial abrazo.

Guillermo Gasió


NOTAS SOBRE EL MONUMENTO A ESTEBAN ECHEVERRÍA

Según acta fechada el 5 de mayo de 1905, año en que se conmemoraba el centenario del nacimiento de Esteban Echeverría, se reunieron en asamblea en la sala de actos del Colegio Nacional de Buenos Aires, el rector Enrique de Vedia y los alumnos delegados del 5º año, decidiendo encargarse de promover se levantara un monumento en su homenaje.
Enrique de Vedia, rector del Colegio, había publicado el año anterior un ensayo sobre La cautiva, recibiendo del escritor español Miguel de Unamuno una conceptuosa carta, en la que elogiaba ese texto, así como su libro El arte de leer.
De Vedia recibió además el citado libro de Urien, con una dedicatoria en la que le decía: “a su feliz perseverancia se deberá el acto de justicia póstuma para don Esteban Echeverría, es decir, la erección de su estatua”. 
El rector De Vedia tenía la idea de erigir una estatua a un poeta argentino, y el elegido terminó siendo Echeverría.

Cabe al respecto evocar las palabras de Nicolás Avellaneda: “La estatua de Echeverría será levantada con mayor justicia que la muralla de la leyenda griega, al son de las liras patrias”.

El alumno Héctor Latham Urtubey, fue designado presidente de la comisión encargada de llevar adelante la iniciativa. Se designó una comisión honoraria que integraron De Vedia, con Bartolomé Mitre, Joaquín V. González (a la sazón Ministro de Instrucción Pública) y Rafael Obligado.
La comisión organizó una colecta para recaudar fondos de la que participaron principalmente los profesores y alumnos del Colegio, sin alcanzar una cifra con la que se pudiese concretar el proyecto.

En la Cámara de Diputados, el proyecto fue impulsado por Manuel Carlés (quien dijo sobre Echeverría: “Fue el primero que impugnó el régimen sobre cuyo imperio se bocetaba el despotismo”), y en la de Senadores, por Manuel Lainez, que además promovió el tema desde las páginas El Diario, del cual era director-propietario.

Se determinó que el monumento a Echeverría sería ubicado en Palermo, en el Parque 3 de Febrero, donde antiguamente estaba la residencia de Rosas, y próximo al monumento erigido en honor a Sarmiento.
El escultor barcelonés Torcuato Tasso recibió el encargo de realizar la obra.
La Junta Nacional de Historia y Numismática Americana hizo acuñar, por la casa Bellagamba y Rossi, una medalla conmemorativa; “Esteban Echeverría – 2 de septiembre – 1805-1905 / La Junta Nacional de Historia y Numismática Americana al poeta y pensador en su primer centenario”.

La tarde del 11 de septiembre de 1905, se celebró en el teatro Odeón, un gran acto público.
Dijo La Nación bajo el título “Esteban Echeverría: Su apoteosis”:
Fue una comisión de matronas argentinas la patrocinadora de la apoteosis y fueron las señoras y niñas de la alta sociedad porteña las que dieron tono, las que dieron colorido, las que dieron alma, a la coronación de anoche.
Ellas llenaban toda la sala, si bien se notaba la presencia de muchos de los escritores nacionales y hombres de significación en las distintas manifestaciones del poder político o de la inteligencia.
Recitaron poemas Enrique García Velloso, Ángel Estrada, Carlos Obligado, y “el joven laureado D. Horacio Oyhanarte declama seguro de sí, sus versos La tempestad en la pampa” (que la crónica reproduce completo en recuadro aparte).
Mitre y Guido Spano se excusaron de participar del homenaje por “hallarse ambos indispuestos”.
“Desde el palco de la comisión (organizadora) la anciana hija de Echeverría presenció, con los ojos humedecidos, la apoteosis de su padre”.
Pronunciaron discursos Agustín de Vedia y Belisario Roldán.
De Vedia anunció que la estatua “está terminada y dentro de brevísimos días asistiremos a su inauguración que ha debido postergarse por causas imprevistas, entre las que figura la indiferencia con que fue recibida la iniciativa estudiantil, que en este acto alcanza su primer condensación”. Agregó que “todo ese conjunto de fuerzas irresistibles que cubre como un velo la sensibilidad de la mujer han triunfado en esta emergencia y así lo proclama el marco esplendoroso de esta fiesta que tiene todos los caracteres de una consagración definitiva y de una consagración necesaria para los que aun se preguntan quién era Echeverría”.
Concluyó De Vedia:
[…] en los días de este mes será inaugurada en Palermo, foco de la tiranía en el pasado y foco de cinismos en el presente, el monumento público que nuestra gratitud erige a Echeverría por impulsos de estricta justicia, doble en su caso, pues el bronce que lo evocará funde en una sola fisonomía la austera del estadista profundo y la amable del poeta inspirado.
Roldán se extendió en consideraciones sobre el Dogma y La cautiva, señalando finalmente:
Señoras, señores: Atravesamos un solemne momento de formación. Todas las razas fuertes de la tierra convergen a este rico crisol argentino, acaso para fundar la más vigorosa unidad étnica de los tiempos venideros; y mientras el alma nueva comienza a destacarse sobre el fragoroso torbellino, ahí debajo, tristemente, agoniza el alma vieja.
[La Nación, 12 de septiembre de 1905, p. 7].
En la Biblioteca del Colegio Nacional de Buenos Aires se conserva el folleto Esteban Echeverría: Informe de la comisión encargada de erigirle la estatua que hoy se inaugura, fechado en 1906, y que incluye: Antecedentes; Crónica del homenaje realizado en el teatro Odeón. Discursos].
Los anuncios de aquella noche no se cumplieron. Pasaron largos meses, hasta que Norberto Piñeiro, al hacerse cargo del Ministerio de Hacienda, otorgó $ 10.000 a la comisión de homenaje, que así pudo pagar los costos de materiales, y entregarle $ 1000 al escultor Tasso “para la terminación de la estatua en bronce”. El recibo, con su firma, tiene fecha 7 de agosto de 1907. 
Tasso representó a Echeverría de cuerpo entero, en actitud de meditación, con un libro en la mano izquierda, con un capote en la derecha y sobre un pedestal de granito gris.

García Velloso revela que fue con el escultor a la casa de Mitre, en la calle San Martín, con la maqueta del monumento a Echeverría:
El general miró y remiró la obra, y tras unos minutos de silencio formuló algunas observaciones a propósito de la frente y de la barba en forma de U. Torcuato Tasso hizo allí mismo las correcciones sugeridas, y un mes después la obra fue realizada en bronce y colocada en el lugar que la Intendencia Municipal había designado.
[La Nación, 14 de enero de 1951, 2ª Sección, p. 3: “Echeverría: Crónica y recuerdo de un homenaje”. Incluye una foto de la estatua “tal como fue inaugurada y que hoy se conserva en el mismo lugar”].

El Colegio “levantó esa estatua” y el gobierno nacional “va a recibirla” anunció La Nación, lamentando que: “El país no conoce, el país ignora a Echeverría”.
Él nos ha dejado libros. En esos libros podemos hallar el punto de partida de una evolución en la literatura política del país.
[…]
Echeverría, el autor de la primera página de un evangelio del socialismo americano que los socialistas no conocen desgraciadamente y que será su obra más duradera; el originalísimo y fresco narrador de El matadero, punto de partida de una literatura criolla muy luego desorientada pero que es de esperar encuentre alguna vez la senda que en aquél comienza; el popular cantor de La cautiva. Un poeta tiene una estatua en la República Argentina donde las estatuas tienen por misión, más que evidenciar las gratitudes póstumas, aclarar para los que vienen las sombras del pasado.

El monumento a Echeverría fue inaugurado oficialmente el 27 de octubre de 1907. En el palco de honor se encontraban el Presidente de la Nación, José Figueroa Alcorta (quien pronunció el discurso central), seis de sus ministros, y “la anciana hija del poeta”. También participaron de la ceremonia el rector del Colegio Nacional de Buenos Aires, Enrique de Vedia (quien dijo también un discurso), y los profesores Ángel Gallardo, Atanasio Quiroga, Ángel de Estrada, Luis Peluffo, Manuel Carlés, Jaime R. Costa, Luis Agote y Juan José Biedma. Cerró el acto Belisario Roldán.
“La naturaleza contribuyó con la ofrenda de una hermosísima tarde a realzar la ceremonia, severa en su sencillez y elocuente en su significación”, comentó La Nación.
Dijo el presidente Figueroa Alcorta:
La distancia que separa la hora actual de la época sombría y borrascosa que inspiró el Dogma y determinó la Asociación de Mayo no es tan grande por el espacio material de tiempo transcurrido, como por el positivo progreso de las instituciones, por el afianzamiento del gobierno libre, por la estabilidad inconmovible de la nación como entidad orgánica y política, a cubierto para siempre de los peligros del despotismo y la anarquía.
Dijo Roldán:
Este pedazo de suelo que pisamos, bajo el cual moran acaso restos ignorados de las víctimas del bárbaro que lo habitó es como un símbolo de la evolución argentina.
[La Nación, 24 de octubre de 1907, p. 7: “Echeverría: Crónica y recuerdo de un homenaje”; La Nación, 27 de octubre de 1907, p. 8; La Nación, 28 de octubre de 1907, p. 7: “El monumento a Echeverría – Inauguración oficial – Una hermosa ceremonia – Los discursos”].

El 27 de octubre de 1937, por iniciativa de la Asociación de Ex Alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires, presidida por Rómulo Gallegos Echagüe, “se dio vuelta la estatua de Echeverría, a fin de que la mirara a la calle construida luego”. El acto dio lugar a un homenaje en presencia del Presidente de la Nación, general Agustín P. Justo, “que descubrió una placa colocada por los alumnos”. Participaron del homenaje: José Arce, rector de la Universidad de Buenos Aires, y Juan Nielsen, rector del Colegio.

El gobierno de la Revolución Liberadora dispuso trasladar el monumento a Echeverría de su emplazamiento en el Parque Sarmiento a la esquina de Charcas (actualmente Marcelo T. de Alvear) y Florida.
Se inauguró el miércoles 23 de abril de 1958. En el palco oficial se ubicaron el presidente del Gobierno Provisional, general Pedro Eugenio Aramburu; el vicepresidente, almirante Isaac Francisco Rojas; siete ministros; el electo presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Federico Fernández Monjardín; el embajador del Uruguay, Mateo Marques Castro; el intendente de Buenos Aires, Ernesto Florit; el presidente de la Comisión de Monumentos Históricos, Jorge A. Mitre; una delegación de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE); los políticos socialistas Carlos Sánchez Viamonte, Alfredo L. Palacios, Américo Ghioldi.
Pronunciaron discursos el secretario de Cultura de la Municipalidad, Leónidas de Vedia; el escritor Carlos Alberto Erro; y por el Colegio Nacional de Buenos Aires, José María Monner Sanz.
Dijo Erro:
El futuro historiador de Buenos Aires se preguntará por qué la estatua de Esteban Echeverría fue sacada de su emplazamiento en los jardines de Palermo, del sitio que ocupaba en hermoso y sosegado ambiente, entre árboles, pájaros y flores, lugar tan adecuado para un poeta romántico. Y tendrá que contestarse, sin ninguna duda, que cuando los monumentos se mueven es porque algo profundo ha ocurrido. En la pugna que terminó con la revolución del 16 de septiembre de 1955 se tocó fondo, y acaso fue ese el costado fecundo del desastre. Llegamos todos a sentir que no bastaban nombres de caudillos políticos ni divisas de partido: tuvimos que calar mucho más hondo, hasta llegar al estrato último de nuestro ser histórico; así se enfrentaron el totalitarismo y el ideal de Mayo y se produjo un reencuentro con el mensaje de nuestros próceres y la consigna de nuestros héroes. De tal modo se explica que el centenario de la muerte de Echeverría, en 1951, diese lugar a tan intenso y amplio movimiento en torno a su figura, al punto de que se publicaron trece libros sobre su obra, varios de ellos muy importantes – uno de gran significación: Echeverría, el albacea de Mayo, de Alfredo L. Palacios –, se pronunciaron en distintos puntos del país alrededor de cien conferencias y publicáronse numerosísimos ensayos. Es que la historia dejó de ser mera narración de lo pasado para convertirse en vivencia.
[…]
Es un sitio más acorde con la eficacia de su magisterio y más accesible a la ciudadanía; elegirlo es un gesto lógico en el gobierno de una revolución que proclamó el retorno a la línea de Mayo y Caseros como su objetivo fundamental, y que ha cumplido con la promesa empeñada restableciendo las libertades democráticas esenciales, sin las cuales no hay vida digna, y que se apresta a ratificarla definitivamente, como para que no duden ni los más recalcitrantes descreídos, con la entrega del poder a mandatarios elegidos por el pueblo en comicios inobjetables.
Agregó Erro:
En la noche lóbrega de la tiranía, Echeverría plantea la vuelta al ideario fundacional como único medio para la regeneración de la patria. Echeverría trazó la teoría de la revolución y Mitre escribiría su historia. Esa misma estrella alumbró el camino de los Ejércitos de Urquiza, en Caseros, en 1852, y a los ciudadanos amantes de la libertad, en septiembre de 1955. Mayo ganará siempre la última batalla.
Concluye la crónica del acto señalando que Erro, “entre grandes aplausos”, dijo sobre Echeverría que, “proscripto de dos tiranías, sus palabras renacerán cada vez que los hombres sean oprimidos”. 

El nuevo basamento fue realizado por el escultor José Fioravanti, quien lo realizó en granito rojo. Las inscripciones dispuestas en los cuatro laterales, tomadas del Dogma Socialista, tienen un claro destinatario: el “gobierno depuesto”, “la segunda tiranía”.
[La Prensa, 24 de abril de 1958, p. 7; La Nación, 24 de abril de 1958, p. 6].



lunes, 4 de julio de 2016

PATRIMONIO DE LOS RITOS DEVOCIONALES: OSCAR ANDRÉS DE MASI Y EL EQUIPO DE ZONDA MEDIA, EN LA FIESTA PATRONAL DE SAN ISIDRO LABRADOR




Foto MF (2016)


Continuando con el rodaje de la serie patrimonial Patronos & Herederos (memorias de la fe), el domingo 15 de mayo, el equipo de Zonda Media Producciones registró, para Bacua, la tradicional procesión de San Isidro Labrador, en la ciudad ribereña de su mismo nombre, al norte de la Capital.

Con la conducción habitual de Oscar Andrés De Masi, el episodio San Isidro: patrono de las barrancas, recorre las páginas de la devoción al santo labrador, la figura histórica del capitán don Domingo de Acassuso, la sucesión de edificios para el templo lugareño, las reliquias traídas desde Madrid, hasta llegar a nuestros días, en que se reitera el ritual procesional. Numerosos participantes de la ceremonia ofrecieron su testimonio. Para darle la razón a la antigua plegaria popular que dice "San Isidro labrador/ quita el agua/ y pon el sol"… Hubo lluvia, hubo viento, y, finalmente, brilló el sol. Y lo registramos, desde las calles y, con nuestro drone, también desde el cielo.


Compartimos con los amigos y amigas de este blog algunas fotografías del rodaje y prometemos, a la brevedad, un adelanto de imágenes en formato docu-clip. ¡Qué lo disfruten!



Foto MF (2016)



Foto Zonda Media (2016)



Foto MF (2016)