La mirada y la interpretación de Oscar Andrés De Masi, arqueógrafo

viernes, 20 de mayo de 2016

EL MUSEO, BIBLIOTECA Y ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE SAN ISIDRO "DR. HORACIO BECCAR VARELA" FESTEJÓ LOS 10 AÑOS DE SU INSTALACIÓN EN LA QUINTA "LOS OMBÚES"



Oscar Andrés De Masi y Jorge Tedesco, luego del tributo audiovisual 
a Ivonne Rousset de Tedesco (Foto MF 2016).

El sábado 14 de mayo (en vísperas de la tres veces secular celebración patronal de San Isidro Labrador), el Museo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal de San Isidro "Dr. Horacio Beccar Varela", festejó una década de su instalación en la Quinta "Los Ombúes", que fuera propiedad de Mariquita Sanchez de Thompson, y que fuera, muchos años más tarde, legada a la Municipalidad por Horacio Beccar Varela. Quiero destacar, primeramente, la generosidad de aquel legado de un vecino sanisidrense, interesado en el progreso de su pueblo. Y lo recalco, por cuanto existen museos en lo que otrora fueran residencias particulares, que se conocen por el nombre lustroso de sus antiguos propietarios, pero que han pasado al dominio público por un acto de venta (del edificio y de sus colecciones), y no de donación. No es un pecado, sin duda, hacer negocios lícitos con el Estado. Pero no es lo mismo que donar una propiedad de enorme valor en semejante ubicación. La diferencia es cualitativa.

Otro aspecto que vale la pena destacar de esta institución sanisidrense, es su doble condición de patrimonio cultural (por cuanto se trata de un museo con sus colecciones, de una biblioteca y hemeroteca, de un archivo escrito y audiovisual… todo ello en un edificio declarado monumento nacional), plus el componente de patrimonio natural (el bellísimo paisaje de su jardín y su barranca vecina al "Paseo de Los Tres Ombúes"). La gestión dinámica y actualizada de este doble componente patrimonial implica un desafío que la actual dirección y su equipo de colaboradores parecen haber captado cabalmente: la Quinta "Los Ombúes", contenedor y contenido, es hoy un lugar accesible, atractivo, multi-activo y multi-etario, superador del tedio mediocre y frecuente en los museos locales, y del aspecto de vetustez mórbida que solemos imaginar en ellos… no sin razón. ¿Puede la Quinta "Los Ombúes", todavía, llegar más lejos? Sin duda que si. Y no creo que haga falta ninguna mente iluminada para pensar, desde guiones museológicos y museográficos bien construidos y despojados de frivolidad, el futuro de una institución que va encontrando, en este presente de una década, y con este equipo, su perfil y su identidad. Bastará con aplicar el sentido común, la creatividad y el rigor disciplinar.

En esa oportuna recuperación e integración narrativa del componente paisajístico (que ya comenzó el año pasado, con el proyecto de "Jardín evocativo" ), me parece un acierto que el acto del sábado 14 haya comenzado en el jardín, con la inauguración de una lápida de mármol, que señala con el debido nombre un sector de la barranca: Paseo Cosme Beccar. Se ha cumplido, así, con uno de los cargos impuestos por el donante.

La concurrida ceremonia continuó, ya en el patio y en torno del aljibe, con un simpático video realizado por el área de Cultura de la Municipalidad, en adhesión a estos diez años. Fueron muy logrados los testimonios de los "usuarios" de la Quinta.

Acto seguido, la directora Fugardo hizo una interesante reflexión acerca del elenco de mujeres notables que habitaron la Quinta: Mariquita Sánchez, María Varela de Beccar, Pascuala Beláustegui, ocasionalmente Justa Cané…Y señaló, con agudeza, que ese museo, como todo museo, debe funcionar como un espacio de memoria. Pero no solamente de memoria remota que evoque, en este caso, a las mujeres del pasado. Hay sitio, también, para la memoria reciente, cuando es identitaria. Y con ello, dio paso al tributo audiovisual a una figura que visitó asiduamente la Quinta, que colaboró permanentemente con la institución y que contribuyó con sus saberes históricos a la formación de las guías y los guías de San Isidro: Ivonne Rousset de Tedesco, fallecida en el año 2014. Fue, seguramente, el momento más intenso de esa tarde: la exhibición de un excelente  video-tributo (que fue una sorpresa) provocó aquel fenómeno que describió Gardel de este modo:
…perdoná si al evocarte/ se me piante un lagrimón… Porque muchos de los presentes no pudieron contener las lágrimas, llevados al vórtice del pathos por la sucesión de fotografías de Ivonne (dictando clases, guiando, bailando… y hasta en moto junto a su papá y a Tedesco…), sobre un doble telón de fondo visual y musical (la necesaria cuota de Mascagni…) [Haciendo click en la sección Experiencia Full HD de este post, disfrutarás del video que gentilmente nos ha facilitado el Museo]. Si debiera ponerlo en términos de emblemática e iconología, viene a mi mente la figura de la memoria agradecida que describe Césare Ripa en su célebre tratado.

Finalizado aquel tributo, fueron instituidos, mediante un decreto del Intendente municipal (que estaba presente en el acto, pero con una presencia discreta), como asesores honorarios por el plazo de tres años, algunos especialistas en diversas disciplinas que  ya vienen prestando su expertise a la institución: Amalia Lagos, Susana Speroni, Bernardo Lozier Almazán, Carlos Dellepiane, Julio Cacciatore, Jorge Bayá Casal, Arturo Villagra y Eduardo Tenconi Colonna. En verdad me ha parecido un acto de  justo reconocimiento, el dar a conocer de un modo explícito y administrativo sus nombres, en retribución por su aporte desinteresado de saberes.

También tuvieron su reconocimiento especial la Tesorera de la Asociación Amigos de la Quinta, María Martha Varela; y el Tercio de Cántabros Montañeses que ofrece recreaciones históricas una vez por mes.

Como cierre, la directora cedió la palabra a dos profesionales de la casa (Sandra Monzani y María Estela Ghelfi), quienes procedieron a  prologar y a inaugurar una muestra referida al bicentenario de la Independencia nacional. Una exhibición bien sencilla, sólidamente sostenida en su guión, en sus imágenes (fotografías e impresos de diferente época) y en el préstamo de hermosas medallas alusivas que facilitó el Cdor. Villagra. Ello viene a demostrar que el ingenio, en materia de museología-museografía, permite superar las limitaciones presupuestarias. Ojalá la visiten los vecinos de la zona y muy especialmente los colegios.

Todavía al final, y previo al "tentempié", hubo un sorteo de productos de la cafetería Cabrales, siendo uno de los afortunados ganadores…¡mi querido amigo Julio Cacciatore! (quien, pese a los ruegos de sus amigos, se negó terminantemente a devolver el trofeo, para que fuera sorteado nuevamente…).

En suma, una celebración en su punto justo: nada solemne, pero nada banal; de carácter público, pero de tono intimista. Se percibía un clima sincero de calidez, de reconocimiento, de memoria.

Como dijo al comienzo la arquitecta Fugardo: para una casa ya dos veces centenaria, diez años es poco tiempo…Y sin embargo, agrego yo, la institución ha logrado en apenas una década, una consolidación de su oferta de actividades culturales y paisajísticas, y un arraigo identitario en la comunidad, que, en otros casos, ni en dos siglos podría lograrse…Todo depende de la calidad y del compromiso de los recursos humanos que gestionan el lugar y de la importancia que se le asigne en la agenda de gobierno local. En el caso de la Quinta "Los Ombúes", ambas variables confluyen en una dinámica virtuosa. Enhorabuena.


Foto Alberto Mora 2016


Foto Manuel Rivero Ayerza 2016



Foto Alberto Mora 2016



Foto Alberto Mora 2016


Foto Alberto Mora 2016


Foto Alberto Mora 2016


Foto Alberto Mora 2016


Foto Alberto Mora 2016


Foto Carlos Leonardi 2016


Foto OADM 2016



miércoles, 11 de mayo de 2016

EN ESTE MES DE MAYO: RECORDAMOS AL ARQ.DR: ALBERTO S.J.DE PAULA



Al aproximarse otro aniversario del cese de la existencia física de nuestro recordado amigo Alberto S.J.de Paula, compartimos con nuestros visitantes de http://viajealasestatuas.blogspot.com.arhttp://viajealossepulcros.blogspot.
com.ar , el texto íntegro de Semblanzas de Guillermo Furlong y de Mario Buschiazzo, evocaciones que realizó Alberto en 1999 y que registré en diálogo con él, junto a Guillermo Gasió. Fueron editadas por el Museo del Banco Provincia en el año 2011 y seguramente ya se agotaron en su versión impresa.

Semblanzas de Guillermo Furlong y de Mario Buschiazzo. pdf

Además, les recuerdo que pueden visitar el video tributo que el Museo del Banco ofreció a la memoria de Alberto el año pasado y que tuve el privilegio de dirigir y narrar: 


Alberto de Paula, semblanza y legado

https://vimeo.com/149314612



martes, 3 de mayo de 2016

DOS NOTABLES (Y OLVIDADOS) MONUMENTOS ESCULTÓRICOS EN LA CIUDAD DE ADROGUÉ



Todavía se respira en Adrogué ese perfume de eucaliptos, de magnolias, de glicinas y de jazmines que supo evocar en más de una ocasión Jorge Luis Borges,  (Nadie en la noche indescifrable tema/ que yo me pierda…) asiduo visitante veraniego de la que, alguna vez, fue llamada la "Versailles"  del sur bonaerense. Ya no existe el célebre y mítico "Hotel La Delicia" (por favor, en singular, y no "Las Delicias" en plural, como se repite erróneamente… En otra ocasión te contaré el origen pintoresco de aquel nombre). Ha menguado, sin duda, el paisaje bucólico de las viejas "villas" italianizantes y las quintas afrancesadas y vienesas, mezcladas con los cottages que se calcaban de los asentamientos ingleses de las vecinas Lomas de Zamora, Temperley y Banfield. Pero aún queda en pie un buen repertorio de aquellos enclaves oníricos, que habrá imaginado  el pionero don Esteban Adrogué, cuando loteó las tierras para el futuro pueblo, en el año 1872 . Y queda en pie el núcleo cívico fundacional y la traza con diagonales (¡anteriores a la ciudad de La Plata!) del poblado que pretendía ser modelo de higiene urbana y de recreo entre burgués y aristocrático.

Y, precisamente, hablando de homenajes cívicos, hoy quiero visitar junto a Ustedes, dos estatuas erigidas con intención conmemorativa, emplazadas en el casco fundacional de Adrogué y que reúnen valores de mérito artístico, autoría maestra e identidad histórica que no deberían pasar inadvertidos para los observadores atentos del patrimonio monumental, y, en especial, para la Comisión Nacional de Monumentos, Bienes y Lugares Históricos, en el marco del plausible programa anunciado este año,  de mayor tutela para el patrimonio escultórico. Y por supuesto, para las guías y los guías que recorren Buenos Aires y sus alrededores.

Te cuento, de paso, que un episodio de la serie patrimonial Planeamos tu día-postales desde otra mirada- que, junto con el equipo de Zonda Media he conducido para TDA-Bacua, fue rodado en aquella locación, mostrando ambos monumentos. Supongo que, alguna vez, la TV Pública lo emitirá al aire.



1.El Monumento al Almirante Guillermo Brown en la Plaza matriz de Adrogué


Foto OADM, 2014


De este magnífico monumento de bronce sobre un pedestal de mármol estatuario, suelen ignorarse varias cosas. Por ejemplo:

a) Que fue el primer monumento en homenaje al Almirante Brown erigido en nuestro país, antes que el monumento ofrendado en Buenos Aires por la colectividad irlandesa, con motivo del Centenario de Mayo. No te olvides que el pueblo que hoy conocemos como Adrogué, fue originalmente bautizado como Almirante Brown, y varias de sus calles y de sus plazas traen alusiones simbólicas al heroico marino, a sus oficiales de a bordo y a sus campañas navales.

b) Que fue el primer monumento conmemorativo realizado por un escultor argentino, aunque fuera del país. Se suele decir que el primer monumento realizado por un escultor argentino fue el Falucho de Correa Morales, y es correcto, porque fue el primero ejecutado en el país (¿sabías que lo esculpió en su taller en el  Jardín Zoológico de Buenos Aires? Otro día te contaré por qué)... PERO, en rigor, Francisco Cafferata, el malogrado autor del Almirante Brown (se suicidó muy joven) lo realizó estando en Italia en el año 1883-1884, vale decir, antes que el Falucho. Llegó al país embalado en 36 cajones.

c) Se suele ignorar también la doble autoría del monumento, en ambos casos de indiscutible maestría: pues, mientras la estatua de bronce del Almirante pertenece a Cafferata, como te dije antes, su pedestal, mezcla de arquitectura y escultura, pertenece al arquitecto genovés José Canale, que vivía en Adrogué (en la residencia neo-medieval llamada CastelForte) y que, junto a su padre Nicolás Canale, fue uno de los precursores del estilo Neorrenacimiento en el Río de la Plata (autores, entre otras obras, de la Iglesia redonda dedicada a la Inmaculada, en  Belgrano, de la Iglesia de La Piedad, de la Catedral de Lomas de Zamora y de la Quinta "Los Leones" en Banfield y de la Municipalidad de Adrogué; y autores de dos bellos edificios lamentablemente demolidos, en Adrogué: el Hotel "La Delicia" y el templo de San Gabriel Arcángel… esta última demolición le costó un gran disgusto al arquitecto Mario J. Buschiazzo que era vecino de allí y no pudo impedirla).
  
La estatua del Almirante, de bronce, mide 3 metros de altura; y el pedestal de mármol blanco monolítico mide 6 metros de altura.

Quiero que observes detenidamente el pedestal, y que descubras las referencias navales en su decoración…

En cuanto a la historia de este monumento, habría que mencionar lo siguiente:
1.Hubo una primera comisión pro-monumento que alcanzó a juntar algún dinero pero que no continuó su actividad;
2.En 1883, una segunda comisión reemplazó a la anterior y recibió de aquella los $30.000.-m/c ya recaudados;
3.Las reuniones de esta segunda comisión se realizaban en la Comandancia General de Marina, en Buenos Aires (varios altos oficiales de la Armada residían tanto en Adrogué como en Temperley. Por ejemplo, el Comodoro Rivadavia…);
4.Se pidió una recomendación de algún escultor italiano al Prof.Paolo Mantegazza (en Florencia), pero su respuesta llegó tarde, porque en el ínterin, y luego de la Exposición Continental, emergió la figura de Francisco Cafferata como artista argentino joven y promisorio;
5.De inmediato, se le mandaron a Cafferata las especificaciones y los planos que había dibujado el arquitecto José Canale;
6.Para setiembre de 1883, Cafferata ya había modelado el boceto cuya foto envió. Aprobado éste, Cafferata comenzó la escultura en noviembre de 1883. Su precio era de $9.500.- pesos fuertes, es decir, de la nueva moneda. Los fondos se recaudaron por suscripción pública y hasta se recibió un dinero que había sobrado de la estatua de Alsina en la Capital (otros tiempos: sobraba dinero…);
7.El 3 de setiembre de 1885 llegó al puerto de Buenos Aires el vapor italiano Principe, trayendo desde Génova el monumento, en 36 cajones. Algunos de ellos pesaban hasta 10 toneladas y las dificultades de maniobra de su desembarco fueron superadas con la cooperación de la Subprefectura del Riachuelo, la Comisión de Obras del Riachuelo, el ingeniero Huergo (su familia tenía quintas de veraneo y ¡hasta viñedos! en Temperley y en Adrogué), etcétera . El F.C.S. trasladó los cajones con la preciosa carga gratuitamente hasta la estación Adrogué.
8.La ceremonia inaugural se realizó el 2 de febrero de 1886. En representación del Presidente de la Nación, concurrió el Ministro de Guerra y Marina, Dr.Carlos Pellegrini, que solía veranear en ese pueblo, en su quinta familiar;
9.Las 12 fotografías oficiales del monumento las proveyó L.J.Bennazar por $25.-; la pirotecnia (bombas, cohetes y globos) a cargo de Pascual Delfino, costó $150.-; el lunch lo sirvió la confitería Del Aguila por $400.-; incluso, don E.Bieckert proveyó, por $48.-, seis barriles de cerveza para los soldados que montaron la guardia de honor.


Debe decirse una palabra respecto de su excelente emplazamiento, que es parte del programa original del monumento, ya que se concibió para ese lugar específico que es la Plaza Almirante Brown (un caso análogo al de Cristóbal Colón en Buenos Aires, que había sido concebido para el "Parque Colón", de donde fue retirado sin motivo en 2014…). Dicho de otro modo, su ubicación en el mismo sitio de su inauguración ritual, es parte de los valores de autenticidad de este monumento, que dialoga amigablemente con el entorno forestal de la Plaza y con el entorno urbano debidamente amortiguado. En este sentido, y si bien ese entorno ha sufrido modificaciones, la altura de las construcciones todavía remite a las escalas fundacionales; sobre todo, queda en pie frente a la Plaza, un edificio del período fundacional: me refiero al Palacio Municipal, proyectado por los arquitectos Canale en estilo Neorrenacimiento y por fortuna, preservado hasta nuestros días, al menos en su materialidad exterior (sé que hubo intervenciones en su interior, pero ignoro sus alcances).

En la obra Patrimonio Arquitectónico Argentino-Memoria del Bicentenario-1810-2010, ha sido justicieramente incluido en la página 192. Antes, le dedicó bastante atención mi querido y recordado amigo Alberto S.J. de Paula, tanto en una nota que publicó allá por los años 60´s la revista Anales  del IAA, como también en el volumen dedicado a los arquitectos italianos que publicó el Cedodal en el año 2004.

Tal vez, si la Comisión Nacional de Monumentos, Bienes y Lugares Históricos volviera su mirada sobre esta Plaza, este Palacio Municipal y este Monumento escultórico, podría obtenerse una declaratoria de todo el conjunto patrimonial, con su área de amortiguación visual, incluyendo una bella y singular  "recova" aledaña. En verdad , el sitio lo merece.


Foto OADM, 2014



2.El Monumento escultórico a don Esteban Adrogué


Foto OADM, 2014


Se halla emplazado en la "Plaza Espora" sobre la transitada avenida Espora, frente al célebre edificio llamado "La Cucaracha" y al Colegio Nacional. De este magnífico monumento también suelen pasarse por alto algunos detalles. Por ejemplo:

a) ¿Quien fue su autor? ¿Dónde vivía? ¿Dónde había nacido?¿Qué otra profesión desempeñaba?
Se trata de un escultor notable de nuestro país, pero que no es lo suficientemente conocido. Su nombre era Félix Pardo de Tavera. Vivía precisamente en Adrogué. Y había nacido en Filipinas. Es un caso singular, de un escultor que poseía un título profesional bien diferente: era médico (otro caso similar fue Hernán Cullen Ayerza, que además de escultor era abogado).

b) Se suele ignorar que, durante algún tiempo, cumplió funciones funerarias, ya que dentro de su pedestal fueron colocados, en 1969 los restos del fundador don Esteban Adrogué, que ya en 1953 habían migrado desde la Recoleta hasta el templo de San Gabriel (tengo a la vista la nota de La Opinión revista  de setiembre de 1972, recordando aquel acto de tumulación intra pedestal…). Luego fueron retirados…demasiado trajín para esas venerables cenizas...


Quiero señalarte un detalle interesante de Pardo de Tavera. Al parecer, se entusiasmó con los retratos de personas "sedentes", es decir, cómodamente sentadas en una silla, ya que además de esta estatua de Esteban Adrogué, representó, sentados también, a Bernardo de Yrigoyen (lo podés ver en la Escuela del mismo nombre en la avenida Montes de Oca) y a Marcos Paz, el jefe de la Policía (lo podés ver, si te dejan entrar, en el patio del Departamento Central de Policía, cuyo edificio, de paso, te cuento que es proyecto del arquitecto Juan Buschiazzo).

Pero, además, Pardo de Tavera tiene obras funerarias en el cementerio de La Recoleta. Y un busto muy conocido (aunque habitualmente no se menciona como obra suya), que es el busto del General San Martín, en la sede de la OEA en Washington (hay una copia en la Academia Nacional de la Historia).

La vida de Pardo de Tavera tiene alternativas novelescas, principalmente en París, que en otra ocasión te contaré.

Volvamos a la estatua de don Esteban Adrogué, a quien el escultor conoció como vecino de aquel suburbio. El 20 de enero de 1904, el diario La Nación dio a publicidad la iniciativa de los vecinos  y allegados del pueblo de Adrogué, de levantar una estatua a la memoria de su fundador. La reunión inicial de la comisión pro-monumento iba a celebrarse, previsiblemente, en el mítico Hotel "La Delicia". Entre los miembros de aquella comisión se contaban Pardo de Tavera, Juan Buschiazzo, y  otros. A Buschiazzo se le ofreció la presidencia, pero no pudo aceptarla porque partía para Europa.

Mientras se decidían los detalles de la estatua, la comisión mandó acuñar , para el acto de colocación de la piedra fundamental, ese mismo año, una medalla con la efigie de don Esteban Adrogué, fabricada por la Casa Gotuzzo y modelada por el escultor J. Santiago Lavarello.

En cuanto al emplazamiento, si bien hubo alguna idea de levantar la estatua en la plaza matriz del pueblo, pero dado que ya estaba allí la estatua del Almirante Brown, se desistió de tal sitio y, en cambio, se solicitó a la Municipalidad, con fecha 5 de febrero de 1904, el emplazamiento en la Plaza Espora. Vale decir que el sitio de emplazamiento actual forma parte de los valores de autenticidad del bien artístico, que desde siempre estuvo allí.

Finalmente se confió la ejecución del monumento al cirujano Félix Pardo de Tavera, por ser vecino del pueblo. Este aceptó la encomienda y la ejecutó gratuitamente, cobrando únicamente el gasto de los materiales y transporte.


La inauguración del monumento y sus características

Ocurrió el 25 de marzo de 1909.

El diario La Nación lo registró de este modo: El pueblo de las avenidas techadas por las ramas balsámicas de sus eucaliptos colosales, el sitio elevado de aire puro y sol brillante, de espléndidas "villas" y originalísimo trazado en diagonales, que obtuvo premio en la Exposición Industrial y Artística, está hoy de fiesta, sin duda la más grande, popular y significativa que desde hace mucho tiempo ha celebrado…

De la escultura, decía: Su obra es de genuina escultura… Es sencillamente el "viejito Adrogué", con su cara bondadosa, sentado según su manera habitual, con su bastón en la mano derecha y el brazo izquierdo extendido, sujetando sobre el banco su típica galera. "Es él" dirán hoy todos los del pueblo… La ejecución también impone el aplauso, el modelado es poderosamente blando y la difícil linea que va desde la amplia frente del anciano hasta los amplios pliegues del ropaje, parecen marcar en su dibujo, la edad de aquel cuerpo sereno y lleno de reposo. Esta obra de que Adrogué podrá enorgullecerse, constituye un triunfo más del Dr.Pardo de Tavera, cuyo arte ha sido elogiado con frecuencia.

Ante una concurrencia numerosa, hubo descorrimiento del velo, varios discursos y banda de música, como mandaba el ritual de inauguración de estatuas, y luego, un agasajo en el Hotel "La Delicia".

La escultura de bronce representa a Adrogué sentado, en edad de madurez "patriarcal", como solían verlo los vecinos del pueblo y de la Capital. Su mano derecha se apoya en un bastón (un atributo etario que refuerza la impronta patriarcal) a su lado izquierdo reposa la galera, sobre la cual se posa la otra mano. La figura, aunque dotada de autoridad, como cabe a un fundador y  aun patriarca, no es hierática ni rígida: al contrario, logra el dinamismo plástico de un vivo retrato, con marcado modelado de las facciones y la indumentaria.

La estatua se alza sobre un sobrio pedestal ortogonal, en cuyo frente se colocó una placa recordatoria de bronce.


Colección oadm




Bibliografía

Si deseas leer más acerca de estos dos monumentos y del pueblo de Adrogué, puedes consultar, entre otras obras:

-El Almirante Guillermo Brown, fundación del pueblo que lleva su nombre, antecedentes de la erección de la estatua, Buenos Aires, Stiller & Laas, 1886.
-César Adrogué: Notas históricas de Lomas de Zamora y Almirante Brown , Buenos Aires, 1911.
-Jorge P.Fumiére: Origen y formación del partido y pueblo de Almirante Brown (Adrogué), La Plata, Archivo Histórico Dr.Ricardo Levene,1969.
-La Opinión, Adrogué, 30-IX-1966, primera sección
-Libro conmemorativo del 75º aniversario de la creación del partido de Almirante Brown.Centro Comercial, Industrial y Fomento localista, setiembre 1948.
-Caras y Caretas, 3-IV-1909 nº 749 p.63, Inauguración de la estatua a Esteban Adrogué.
-La Prensa, 30-IX-1973
-Album recordatorio en el 50º aniversario del deceso de don Esteban Adrogué-Traslado de sus despojos mortales, 21 de marzo de 1953.