La mirada y la interpretación de Oscar Andrés De Masi, arqueógrafo

viernes, 20 de mayo de 2016

EL MUSEO, BIBLIOTECA Y ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE SAN ISIDRO "DR. HORACIO BECCAR VARELA" FESTEJÓ LOS 10 AÑOS DE SU INSTALACIÓN EN LA QUINTA "LOS OMBÚES"



Oscar Andrés De Masi y Jorge Tedesco, luego del tributo audiovisual 
a Ivonne Rousset de Tedesco (Foto MF 2016).

El sábado 14 de mayo (en vísperas de la tres veces secular celebración patronal de San Isidro Labrador), el Museo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal de San Isidro "Dr. Horacio Beccar Varela", festejó una década de su instalación en la Quinta "Los Ombúes", que fuera propiedad de Mariquita Sanchez de Thompson, y que fuera, muchos años más tarde, legada a la Municipalidad por Horacio Beccar Varela. Quiero destacar, primeramente, la generosidad de aquel legado de un vecino sanisidrense, interesado en el progreso de su pueblo. Y lo recalco, por cuanto existen museos en lo que otrora fueran residencias particulares, que se conocen por el nombre lustroso de sus antiguos propietarios, pero que han pasado al dominio público por un acto de venta (del edificio y de sus colecciones), y no de donación. No es un pecado, sin duda, hacer negocios lícitos con el Estado. Pero no es lo mismo que donar una propiedad de enorme valor en semejante ubicación. La diferencia es cualitativa.

Otro aspecto que vale la pena destacar de esta institución sanisidrense, es su doble condición de patrimonio cultural (por cuanto se trata de un museo con sus colecciones, de una biblioteca y hemeroteca, de un archivo escrito y audiovisual… todo ello en un edificio declarado monumento nacional), plus el componente de patrimonio natural (el bellísimo paisaje de su jardín y su barranca vecina al "Paseo de Los Tres Ombúes"). La gestión dinámica y actualizada de este doble componente patrimonial implica un desafío que la actual dirección y su equipo de colaboradores parecen haber captado cabalmente: la Quinta "Los Ombúes", contenedor y contenido, es hoy un lugar accesible, atractivo, multi-activo y multi-etario, superador del tedio mediocre y frecuente en los museos locales, y del aspecto de vetustez mórbida que solemos imaginar en ellos… no sin razón. ¿Puede la Quinta "Los Ombúes", todavía, llegar más lejos? Sin duda que si. Y no creo que haga falta ninguna mente iluminada para pensar, desde guiones museológicos y museográficos bien construidos y despojados de frivolidad, el futuro de una institución que va encontrando, en este presente de una década, y con este equipo, su perfil y su identidad. Bastará con aplicar el sentido común, la creatividad y el rigor disciplinar.

En esa oportuna recuperación e integración narrativa del componente paisajístico (que ya comenzó el año pasado, con el proyecto de "Jardín evocativo" ), me parece un acierto que el acto del sábado 14 haya comenzado en el jardín, con la inauguración de una lápida de mármol, que señala con el debido nombre un sector de la barranca: Paseo Cosme Beccar. Se ha cumplido, así, con uno de los cargos impuestos por el donante.

La concurrida ceremonia continuó, ya en el patio y en torno del aljibe, con un simpático video realizado por el área de Cultura de la Municipalidad, en adhesión a estos diez años. Fueron muy logrados los testimonios de los "usuarios" de la Quinta.

Acto seguido, la directora Fugardo hizo una interesante reflexión acerca del elenco de mujeres notables que habitaron la Quinta: Mariquita Sánchez, María Varela de Beccar, Pascuala Beláustegui, ocasionalmente Justa Cané…Y señaló, con agudeza, que ese museo, como todo museo, debe funcionar como un espacio de memoria. Pero no solamente de memoria remota que evoque, en este caso, a las mujeres del pasado. Hay sitio, también, para la memoria reciente, cuando es identitaria. Y con ello, dio paso al tributo audiovisual a una figura que visitó asiduamente la Quinta, que colaboró permanentemente con la institución y que contribuyó con sus saberes históricos a la formación de las guías y los guías de San Isidro: Ivonne Rousset de Tedesco, fallecida en el año 2014. Fue, seguramente, el momento más intenso de esa tarde: la exhibición de un excelente  video-tributo (que fue una sorpresa) provocó aquel fenómeno que describió Gardel de este modo:
…perdoná si al evocarte/ se me piante un lagrimón… Porque muchos de los presentes no pudieron contener las lágrimas, llevados al vórtice del pathos por la sucesión de fotografías de Ivonne (dictando clases, guiando, bailando… y hasta en moto junto a su papá y a Tedesco…), sobre un doble telón de fondo visual y musical (la necesaria cuota de Mascagni…) [Haciendo click en la sección Experiencia Full HD de este post, disfrutarás del video que gentilmente nos ha facilitado el Museo]. Si debiera ponerlo en términos de emblemática e iconología, viene a mi mente la figura de la memoria agradecida que describe Césare Ripa en su célebre tratado.

Finalizado aquel tributo, fueron instituidos, mediante un decreto del Intendente municipal (que estaba presente en el acto, pero con una presencia discreta), como asesores honorarios por el plazo de tres años, algunos especialistas en diversas disciplinas que  ya vienen prestando su expertise a la institución: Amalia Lagos, Susana Speroni, Bernardo Lozier Almazán, Carlos Dellepiane, Julio Cacciatore, Jorge Bayá Casal, Arturo Villagra y Eduardo Tenconi Colonna. En verdad me ha parecido un acto de  justo reconocimiento, el dar a conocer de un modo explícito y administrativo sus nombres, en retribución por su aporte desinteresado de saberes.

También tuvieron su reconocimiento especial la Tesorera de la Asociación Amigos de la Quinta, María Martha Varela; y el Tercio de Cántabros Montañeses que ofrece recreaciones históricas una vez por mes.

Como cierre, la directora cedió la palabra a dos profesionales de la casa (Sandra Monzani y María Estela Ghelfi), quienes procedieron a  prologar y a inaugurar una muestra referida al bicentenario de la Independencia nacional. Una exhibición bien sencilla, sólidamente sostenida en su guión, en sus imágenes (fotografías e impresos de diferente época) y en el préstamo de hermosas medallas alusivas que facilitó el Cdor. Villagra. Ello viene a demostrar que el ingenio, en materia de museología-museografía, permite superar las limitaciones presupuestarias. Ojalá la visiten los vecinos de la zona y muy especialmente los colegios.

Todavía al final, y previo al "tentempié", hubo un sorteo de productos de la cafetería Cabrales, siendo uno de los afortunados ganadores…¡mi querido amigo Julio Cacciatore! (quien, pese a los ruegos de sus amigos, se negó terminantemente a devolver el trofeo, para que fuera sorteado nuevamente…).

En suma, una celebración en su punto justo: nada solemne, pero nada banal; de carácter público, pero de tono intimista. Se percibía un clima sincero de calidez, de reconocimiento, de memoria.

Como dijo al comienzo la arquitecta Fugardo: para una casa ya dos veces centenaria, diez años es poco tiempo…Y sin embargo, agrego yo, la institución ha logrado en apenas una década, una consolidación de su oferta de actividades culturales y paisajísticas, y un arraigo identitario en la comunidad, que, en otros casos, ni en dos siglos podría lograrse…Todo depende de la calidad y del compromiso de los recursos humanos que gestionan el lugar y de la importancia que se le asigne en la agenda de gobierno local. En el caso de la Quinta "Los Ombúes", ambas variables confluyen en una dinámica virtuosa. Enhorabuena.


Foto Alberto Mora 2016


Foto Manuel Rivero Ayerza 2016



Foto Alberto Mora 2016



Foto Alberto Mora 2016


Foto Alberto Mora 2016


Foto Alberto Mora 2016


Foto Alberto Mora 2016


Foto Alberto Mora 2016


Foto Carlos Leonardi 2016


Foto OADM 2016



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