Por Oscar Andrés De Masi
Para Viaje a las
Estatuas
Este anteproyecto se
inscribe en la saga de intentos fallidos por erigir un monumento al "arquetipo"
del trabajador argentino y peronista, empoderado por las conquistas sociales
justicialistas. Descartado un primer proyecto del año 1949 (Ángel Ybarra
García) por su apego a estilemas academicistas y a alegorías tradicionales, fue
convocado un nuevo concurso en 1950 con participación de varias universidades
nacionales. Los bocetos tampoco resultaron satisfactorios.
La propuesta de la
Universidad Nacional del Litoral pertenece al arquitecto Ángel Guido, quien
plasmó su preferencia por las estéticas epocales, junto a una mirada
iconográfica nacionalista y épica llevada hasta el exceso retórico.
El proyecto se
acompañaba con un croquis morfológico comparativo con L´Etoile de Paris,
evidenciando una intención resemantizadora de modelos clásicos, a la vez que
una voluntad de escenificación urbana monumental.
Las demandas
ceremoniales de un Estado inclinado a la liturgia de las masas quedaban, así,
satisfechas.
El diseño apelaba a un
enorme y macizo arco triunfal adintelado, sólido y pétreo, sobre un plano de
convergencia de cuatro escalinatas. Los pilares ortogonales que marcan el ritmo
de la fachada son fustes sin órdenes ni capiteles.
Una multitud de
esculturas se agolpaba en los muros laterales, incluyendo a obreros en marcha
y... hasta un tractor rural. A ambos lados de la fachada del propileo se
ubicaban dos estatuas ecuestres de enorme tamaño: Perón y Evita al galope. Por
detrás, Güemes y Tupac Amarú.
Al parecer el
Descamisado se hallaría en el interior del recinto, con la misma inmanencia de
ubicación con que los griegos y romanos emplazaban a sus ídolos en los templos.
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