La mirada y la interpretación de Oscar Andrés De Masi, arqueógrafo

jueves, 27 de agosto de 2015

Iglesia Ortodoxa Rusa




En este caso no te muestro una estatua propiamente dicha, sino un  delicado "iconostasio" o retablo ortodoxo, tremendamente plástico.

Voy a aprovechar esta oportunidad para comentar algunos aspectos de este edificio notable, que fue declarado monumento histórico nacional hace ya varios años.


Una primera precisión acerca de su denominación correcta: es "Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa Rusa" dedicada a la Santísima Trinidad.

Se trata de una expresión de la ortodoxia tradicional rusa, que no está en comunión con Roma sino con sus propios patriarcas.

Te cuento la historia: en 1887 los fieles de la colectividad ortodoxa rusa no contaban con un templo propio. Pensá en la inmigración aluvional de la época y la llegada de contingentes de personas que profesaban cultos distintos de la Fe Católica Romana, mayoritaria en el país.

Se hicieron gestiones ante el Zar Alejandro III y se obtuvo el envío del sacerdote Miguel Ivanoff, quien cantó el primer oficio ortodoxo en 1889, pero no en el actual templo, que aún no existía.

El primer lugar de culto de los ortodoxos fue una capìlla en la calle Talcahuano, que funcionaba como oratorio de la Legación rusa en la Argentina.. Siempre pensé que un simple cartel debería señalar aquel sitio que hoy no existe...Es un hito en la memoria de la diversidad religiosa en el país. Pero, de momento, un hito invisible...

Merced a los esfuerzos del arcipreste Constantino Irastzoff (luego elevado al rango de "monseñor") la capìlla se mudó a la calle Brasil.

Los planos `para el nuevo templo que se estaba gestionando, fueron elaborados en Rusia por el arquitecto Mihail Timofeievich Preobazensky. Voy a hablarte brevemente de él, porque fue muy importante en su época, a tal punto que merecía el tratamiento protocolar de "Excelencia" en la corte del Zar.
Era profesor en la Escuela Superior de Arte de San Petersburgo y fue arquitecto de la catedral dedicada a San Isaac en la misma ciudad,

Te llamará la atención no encontrar su firma en la fachada del edificio, y, en cambio, ver el nombre de Alejandro Christophersen. Lo que ocurre es que los arquitectos extranjeros que no estaban revalidados en el país no podían firmar los proyectos y debían recurrir a un profesional local. En este caso fue el maestro Christophersen quien realizó aquí el ajuste de los planos.

La obra comenzó en 1898 y la inauguración se realizó solemnemente en 1901. Fue una ceremonia brillante según las crónicas, como todas las ceremonias de la sagrada liturgia ortodoxa.

Se trata del primer templo ortodoxo de Sudamérica

Si me preguntás por el estilo, te diré que se encuadra en la arquitectura religiosa rusa al modo "moscovita", con una gran cúpula y torrecillas en forma de cebollas o "bulbosas". De lejos se asemeja a las torres del Kremlim.

Es muy interesante observar la volumetría del conjunto aunque, hoy, las medianeras disminuyen su percepción desde el frente. Te recomiendo que lo observes desde la avenida Juan de Garay, por detrás.

La nave está orientada hacia el Este (vale decir, hacia el río, y no hacia la avenida Brasil), por exigencias de la liturgia ortodoxa.

Y ahora si, te cuento acerca del "iconostasio", que es una palabra griega que significa algo así como "el sitio de las imágenes", es decir, el retablo donde se ubican los íconos. "Ícono", a su vez, en griego, significa "todo lo que el ojo humano puede ver".

Este iconostasio que ves en la actualidad no es el original, que era de madera y se destruyó en un incendio (te muestro al final una foto de mi archivo privado, que heredé a mi vez de Alberto de Paula). El P.Alejandro me comentó que hay fragmentos de aquel iconostasio en el interior del país (¿Misiones?) El iconostasio actual es de cerámica ucraniana y se organiza a través de entrantes y salientes de pequeños templetes bulbosos.

Las imágenes que ves se registraron durante el rodaje de la serie "RecorreMonumentos" en el año 2014 y debo agradecer  al P.Alejandro su amabilidad al permitirnos realizar el rodaje y sus valiosas explicaciones in situ.

Quiero destacar, además, el enorme esfuerzo que hace la colectividad para la conservación del templo, ya que no recibe subsidios estatales para tales fines. Debería recibirlos, sin duda.