Por Oscar Andrés De Masi
Setiembre de 2024
Siempre hemos hablado con mi amigo Julio Cacciatore de aquellas tertulias auráticas, que por razones de edad yo no pude frecuentar, pero él si pudo.
La
concurrencia de artistas plásticos y escénicos, poetas, astrólogos, y otros
invitados cultos, garantizaba la calidad intelectual del convivio, cuyo
escenario (valga la palabra teatral en este caso) era esa terraza a la
italiana, con su balaustrada como parapeto envolvente, sus baldosones de
cerámica roja como alfombra, la noche estival como bóveda, las estrellas como
luciérnagas y la brisa de San Telmo como "flabellum".
Hemos
recorrido esa terraza de acceso tortuoso, a la luz del día, y no es lo mismo.
Sin embargo, estando in situ, percibimos o creímos percibir el eco de aquellas
voces que la fotografía de la revista "Panorama" de enero de 1967 no
nos revela, pero deja librado a nuestra imaginación. Acaso las muchas plantas
que orlaban, en sus macetas epocales, los contornos del solado, hayan guardado
alguna memoria sutil, que el tiempo se ha llevado consigo...
Son
cinco damas y tres caballeros practicando el arte perdido de la conversación,
bajo el fulgor de las luces de artificio, que tornan el lugar "just a little flickering flame in the middle
of the dark town...". Allí la veo a Mane, sentada de espaldas, y a
Sarah, sentada de frente y con el cabello colorado. A los otros contertulios no
logro identificarlos (¿está allí Julio?, ¿está allí Osvaldo Pacheco?, ¿está
allí Santiago Doria?, ¿está allí Solari Parravicini?, ¿y Bianca Colonna?). Pero
la charla se percibe animada, y los vasos cargados de bebidas sobre las mesitas
se muestran refrescantes.
La
escena entera exhibe un indisimulable clima vintage. Y el punto elegido para la
toma fotográfica es un acierto.
Aquel
momento ha pasado, para siempre. Aquella casa ha cerrado su azotea noctiluca
parlante, como se cierra una boca. Pero el registro capturado por la
fotografía, al menos, seguirá siendo "a poor facsimile of that magical
enclave" ("Tusk" dicxit...).
Nota:
sospecho que cuando Julio Cacciatore lea este post, tendrá algo que comentar...
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